¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

No estás conectado. Conéctate o registrate

ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F]

+20
Vampire_Jackye
karen*xo
__EliiCh__
huesozz forera
Mai*
_joxo_
.::andrea::.
jazz_mcr
kioto-chan
__Diinosauriia__
Madame_Delirio
Natyn
__MYL79__
My BeauT!fu| VaMp!re
Girl of the Shadow's
paOla*
xxEretica_Skeletonxx
sweetcold
x_Tefy_x
greynail
24 participantes

Ir a la página : Precedente  1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13  Siguiente

Ir abajo  Mensaje [Página 6 de 13.]

126ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Dom Dic 07, 2008 10:48 pm

paOla*

paOla*
Skylines and turnstiles
Skylines and turnstiles

xDDDDDDD

yo y las series no nos llevamos bien xD
esque siempre me pasa lo mismo..
o no me engancho, o me engancho y luego me aburro, o no tengo tiempo para verlas!
:_
creo que el que invento las series me odia!!!!
¬¬

(entre él y el karma xDDD)

127ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 09, 2008 1:04 am

__MYL79__

__MYL79__
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us

Bueno decidi pasar jajaja y firmarte algo lindo Very Happy

ya no subiras al otro foro ._.?

bueno si es asi espero que te pongas al corriente pronto

jajajaja muero de ganas de saber que pasa

awwww que cres!!! ya termine de leer amanecer!!!

Valla si esta genial!!! no me lo esperaba de ese modo

y espero que los Vulturis sean vencidos en un futuro

bueno dsfruta la pelicula!! Razz

CHEMICAL KISSES!!!

I love U

http://marcerock.hi5.com

128ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Miér Dic 10, 2008 11:05 pm

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

Jo, ya echaba de menos los comentarios aquí, te quiero Marce (L)
Cuando te conectes hablamos de la pelicula!!
Un beso Wink

129ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Lun Dic 15, 2008 8:07 am

Natyn

Natyn

Aiiiis

yo había empezado a leer tu fic en la comunidad y bue... leí todo de ahí XD lo hice en 2 noches, que sino mis ojos se saldrían de las cuencas xD

me pareció tan genial que me dio pena no tener mas capítulos que leer Crying or Very sad

eres una escritora excelente y espero que luego ya quedemos a nivel y nos subas más Cool

y pues pasaba a decir que tienes una lectora más jejejej y obviamente que tu historia me parece fenomenal ^^

130ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Lun Dic 15, 2008 5:09 pm

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

GRACIAAAAAAAAAAAAS !
Subiré los que quedan de la Segunda Parte dentro de poco ^^

131ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 18, 2008 7:13 pm

__MYL79__

__MYL79__
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us

Hola!!!

Paso de nuevo!!!

jejejejejeje aww que te digo ahora...

bueno no tengo mucho que decir

acabo de pasar por una decepcion

amorosa... no me duele tanto, no paso

a mayores me repondre muy pronto Smile

ahh si por poco lo olvido, nececito que me

hagas un pequeño favor jejeje ya sabes tu

eres una persona influyente jejejejeje

en realidad es muy simple, veras hay un foro

de escritores independientes, es muy bueno

pero falta actividad ya puse mensajes aqui en el foro

para que mas chicas pasen pero no me hacen caso xD

ahi es donde entras tu jajaja diles tu a las chicas la gente

te hace caso, de verdad eres influyente Cool

espero verte conectada!!!

Te Quiero Muchisimo!!! lo sabes Very Happy

http://marcerock.hi5.com

132ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 18, 2008 9:08 pm

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capitulo30



Oh, joder, no era posible. No podía ser que se hubiese dado cuenta ahora de que faltaban dos días para su cumpleaños. ¡Era la primera vez en su vida que se le pasaba por alto! Una fiesta que había sido siempre su favorita, ya no por el hecho de cumplir cada vez una primavera más, sino por el ambiente que se montaba por la noche en las calles, en conmemoración a la noche de Halloween, fuese la ciudad y el país que fuese. Aprovechando que siempre coincidía 31 de Octubre con algún concierto, los fans le cantaban al unísono el ‘Cumpleaños Feliz’ al final del show, emocionándole siempre -nunca acabaría de acostumbrarse a oír cinco mil voces rugiendo para él. Los chicos le preparaban una fiesta impresionante que se solía extender hasta la madrugada del día siguiente, con cena, desfase por los pubs, bailes, brindis, borracheras… ah, desde hacía años, Gerard lo pasaba un poco peor dado su prohibición por la bebida, y siempre acababa haciendo de padre para ellos, cuidando de que no acabaran bebiéndose hasta el agua de los retretes y arrastrándoles al hotel finalmente para descansar. Lo cierto es que terminaba más molido que ellos. También era habitual recibir la visita de Jamia y pasar un día entero con ella paseando, haciendo turismo por la zona, o simplemente retozando en la cama.
Sonrió levemente al sentir una pequeña chispa de nostalgia. Recordaba cosas suyas tontas, como el color de sus dientes, siempre tan limpios, las pecas que decoraban su nariz en verano, los “abrazos de oso” que le propinaba sin motivo aparente, y una larga lista de gestos que había aprendido a adorar con el paso de los años. Al fin y al cabo, era normal que le pasase después de haber estado juntos durante 11 años. Podría llenar folios enteros relatando diferentes momentos que habían hecho mella en su memoria, confesiones, demostraciones varias. Pero todo eso… todo eso ya no servía de nada. Finalmente la rutina había hecho su jugada haciendo que se tirasen los trastos a la cabeza mutuamente. Habían perdido la partida olvidando la razón de su enamoramiento, dejando que se sucedieran las peleas banales, los primeros insultos tontos y las primeras recriminaciones. Sintió una punzada de rencor en la boca del estómago al evocar la última discusión telefónica. Pasara el tiempo que pasara, su mente no superaría el impacto de las últimas palabras de la chica, el tono decepcionado con que se las dijo, y lo segura que estaba de llevar la razón. ¡Si solo hubiese reaccionado a tiempo y se hubiese defendido con un buen argumento, no habría quedado como el culpable de que la relación se jodiese! El uno culpaba al otro de sus rencores, y el otro al uno.
La puerta del baño se abrió, interrumpiendo sus cavilaciones y dando paso a un Gerard apenas cubierto por una toalla atada a su cadera. Tarareaba una melodía de Leonard Cohen mientras se revolvía con los dedos el pelo empapado, mirándose al espejo del armario. Frank le observó con una mezcla de preocupación y análisis: lejos de engordar, su amigo parecía quedarse cada vez más delgado. Cualquier persona acostumbrada a verle hacía medio año se asustaría de notar ahora una ligera sombra en la zona de las costillas, así como en las clavículas o en los omoplatos. Todo lo que había pasado desde que Mr. White apareciese en escena les había afectado tanto psicológica como físicamente, estaba claro, pero era en él en quien más se apreciaban los estragos del cansancio.
- Qué –dijo el vocalista mirándole desde el espejo con media sonrisa- Ya estás pensando otra vez en los kilos que me faltan –rió ante el gesto de sorpresa de su amigo- Ah, deja de preocuparte de una vez. Tengo mucho stress encima, ¿entiendes?
- Lo sé. Por eso no te digo nada.
- Bien –murmuró distraído con su pelo, volviendo a meterse en el baño.

El guitarrista se incorporó en la cama y se zafó a patadas del edredón, que quedó arrugado en el suelo. Bostezó y miró su reloj de pulsera: las 12.17 de la mañana. Bueno, era su día libre, por él se habría quedado alguna hora más sobando si no hubiese sido porque Gerard se había puesto a cantar en la ducha lo suficientemente alto como para despertar a los que dormían en la otra parte del mundo. Lo hacía aposta, eso por supuesto.
- Escucha -comentó su amigo con la voz amortiguada por lo que debía ser el cepillo de dientes- he pensado que como hoy tenemos la tarde entera libre, podríamos ir al centro de la ciudad, o algo así.
- ¿Qué ciudad, si estamos en medio del desierto? Yo había pensado en bajar al lago que hay junto a la fachada trasera del hotel.
- Uh, acción total –replicó con un deje de hastío en la voz- Remar.
- Lo digo en serio, lo vi ayer por la noche al bajar del autobús, y me entró mono.
- Bueno, no sé, está bien. Solo espero que para tu cumpleaños tengas una actitud más animada.
- ¿Te has acordado? –exclamó Frank con la cara repentinamente iluminada- Y y y ¿me has preparado una fiesta?

Hubo un silencio repentino en el baño. Gerard salió con parsimonia, rascándose el abdomen con actitud pensativa y mirando al techo como si sopesase alternativas.
- ¿Tú me ves a mí con la cabeza para prepararte fiestas?
- Oh, claro. –respondió ligeramente ruborizado- Sí, es normal, me lo imaginab…
- Pues claro, enano –le cortó subiéndose a la cama y callándole con un pico- Pues claro que sí.

__________________________



- Te obligo a que me lo digas, Gerundio –espetó Bob acorralando a Gerard entre la pared y su cuerpo- ¿Quién te ha hecho ese chupetón? ¡Ayer no lo tenías!
- Venga, bésame el culo un rato –dijo el vocalista intentando esquivar a su amigo.
- No, mejor dime quién te lo besó a ti anoche.

Hubo una carcajada general en la sala. Los cinco chicos se encontraban tomando algo en la recepción del hotel, acomodados cada uno en una butaca alrededor de una mesa en la que descansaban varias latas de cerveza y un cenicero casi lleno. En un descuido por parte del líder, el batería había alcanzado a ver una mancha en su cuello y había saltado de su asiento para abalanzarse sobre él y atiborrarle a preguntas. Durante media hora se había dedicado a perseguirle por toda la salita como el gato al ratón, hasta que había conseguido sujetarlo contra la pared.
- ¿Pero cuándo cojones piensas decirnos quién es? –inquirió Bob soltándole, con una mezcla de avidez y desilusión en la voz- ¿Está ahora en el hotel, está aquí? Ha tenido que pasar la noche aquí, ¿no? ¿Se ha ido ya?
- ¡Basta! Para ya de una vez, tío –contestó riendo- Os he dicho que no lo diré hasta que no tenga el permiso de la otra persona.
- ¿Pero qué se piensa esa chica, que la vamos a perseguir con antorchas?
- No lo sé. Supongo que… ¡no sé! No sé nada, de verdad. Olvidaos de que existe hasta que decida decíroslo.
- No entiendo qué problema tiene –murmuró Ray con la mirada perdida.
- No creo que el problema esté en la otra persona –participó finalmente el guitarrista sin poder contenerse, con las mejillas exageradamente sonrojadas- Si no en vosotr… en nosotros. Tendrá miedo de que no lo sepamos aceptar. Tal vez haya sufrido el rechazo de otras personas –murmuró con una mirada claramente significativa hacia Mikey- Y no quiera pasar por lo mismo de nuevo.
- ¿Rechazo? –repitió el batería- Hombre, vale que Gerard tenga la cara un poco rara y que asuste la primera vez que le ves, pero nosotros ya estamos acostumbrados.
- Gilipollas –dijo el cantante negando con la cabeza mientras sonreía de lado.

La broma siguió durante el tiempo que estuvieron adueñándose de la sala, pidiendo de vez en cuando más bebidas, o algo de comer. Pero nadie se percató del cambio que se había operado en Mikey. Sin duda, las palabras que había dicho Frank mirándole le habían confundido terriblemente. “Tal vez ha sufrido el rechazo de otras personas…”. ¿Por qué se había dirigido a él? Era imposible, él les había apoyado desde el principio… aunque… bueno, quizás le había costado asimilarlo al principio. Acusó un poco a Frank de despechado e inmaduro, y a consecuencia de eso, estuvo peleado con su hermano unos días. Pero aquello apenas fue una semana. ¿Se referiría a eso? No podía ser que le culpase por esa reacción, era… sí, estaba claro que tenía que hablar con él. Le tenía sentado a su derecha en esos momentos, tal vez fuese un buen momento para intentarlo, mientras los otros estaban a su bola picándose y demás. Se medio incorporó en la butaca y carraspeó. El guitarrista pareció salir de un trance con el sonido y apartó los ojos de su botella de cerveza para mirarle.
- ¿Podemos hablar? –murmuró el bajista con expresión seria.
- Claro –contestó sin entusiasmo.
- ¿Me puedes explicar qué ha significado lo de antes?
- ¿Lo de antes? ¿Qué, exactamente?
- Sabes a qué me refiero, así que vamos a intentar hacer esto corto, ¿de acuerdo? –dijo intentado no subir su tono de voz para que diese la impresión de que estaban charlando amigablemente. Frank volvió a mirar su botella con los brazos cruzados- No sé a qué ha venido, sinceramente.
- Ha venido porque ha salido el tema. Estábamos hablando de eso y he expresado mi opini…
- Eso ya lo sé –cortó irritado- Lo que no ha venido a nada es esa postura sobre mí. ¿Piensas que os he rechazado en algún momento?
- Hombre… digamos que tu reacción no fue la de una persona que acepta algo con los brazos abiertos. No lo entendiste, e incluso te enfadaste, ¿o no?
- Pues… sí, pero cojones, luego rectifiqué. ¡Venga ya, no me puedo creer que niegues que os he ayudado mucho! –Gerard cesó su risa unos metros más allá y les miró brevemente, intuyendo lo que estaba pasando. Mik bajó el tono- Os he encubierto, tío, me he tragado todo tipo de marrones, e incluso he lidiado entre vosotros las veces que os habéis peleado.
- Eso ya lo sé. Te debemos mucho, y te estaré eternamente agradecido, no lo dudes, pero de lo que estoy hablando es únicamente de tu PRIMERA reacción.
- Ya, pero…
- Escúchame. Es eso lo que más temo: que los demás actúen como lo hiciste tú, aunque más tarde lo acepten y todos seamos felices y comamos perdices, ¿entiendes? Yo comprendía tu postura por aquel entonces, pero me jodía de todas maneras.
- Pero… no es el mismo caso. Yo fui un imbécil, ellos no van a tomárselo igual.
- ¿Cómo sabes eso? Esto es difícil de asimilar, y lo sé. Por eso voy con pies de plomo.
- Lo sé porque mi relación con Gerard es diferente a la de ellos. En fin, soy su hermano, ¿entiendes? Yo me asusté porque me preocupé, porque llevo 25 años con él y sé cómo lo ha pasado con otras relaciones que le han salido como una puta mierda. Me preocupa cada ínfima cosa que le pueda pasar. ¿Te crees que los demás le conocen como lo hacemos tú y yo? Osea, los considera parte de su familia, pero los lazos y las cosas que ha decidido compartir con cada uno de nosotros son diferentes. Mira… te seré sincero: al principio os tomarán de broma, y seguramente tardarán de vencer su estupor. ¿Pero Frank, qué más da? –su amigo guardó silencio sopesando cada palabra que salía de su boca- Ni os van a repudiar, ni os van a juzgar como yo lo hice, por el simple hecho de que no conocen lo que conozco yo y no les sale ese instinto protector que nos saldría a ti o a mí.
- Entiendo –asintió mientras se masajeaba el puente de la nariz- Supongo que tienes razón. Pero ya sabes, pueden cambiar su actitud por el simple motivo de no entender lo que hay entre nosotros. Yo qué sé.
- Si lo hacen, ten por seguro que estaré ahí para echar una mano –acto seguido, se levantó de la butaca y se arrodilló ante Frank- Libérate de ese pánico de una vez, tío, no os está haciendo ningún bien. Sería un enorme peso menos de encima para los dos; a Gerard le quitarías una preocupación más que echarse a la espalda, y a ti… joder, como si no tuvieses tú también suficientes problemas –dijo señalando el pecho de su amigo con la barbilla. Hubo un intenso silencio de varios segundos en el que ambos ocuparon sus mentes con el problema de los pulmones de Frank.
- Esto es como quitarse una tirita: es mejor del tirón, ¿no?
- Por supuesto.

El guitarrista asintió con los labios fruncidos y se levantó con una determinación momentánea. Miró en derredor para localizar a sus amigos en la sala, y caminó hacia ellos tras sonreírle con toda la sinceridad de la que fue capaz al bajista. Parecía que cada paso aumentara más la distancia que le separaba de sus compañeros, y pensamientos desalentadores se agolpaban en su inconsciente como advertencia para que dejase de andar. Pero tenía que hacerlo, del tirón, sí, ahora que lo veía claro. O casi claro. Esto solo es una tirita, campeón, se dijo para sus adentros, vamos, cuanto más rápido se haga, menos dolerá. Una cosa estaba clara, y era que si no aprovechaba los pocos segundos de valentía que le había infundido Mikey con sus palabras el minuto anterior, no lo iba a hacer ya. Ahoraonuncaahoraonuncaahoraonuncaahoraonunca. Se paró frente a Gerard. Él se giró. ¿Por qué lo veía todo a cámara lenta? Le miró con preocupación, dispuesto a preguntarle porqué discutía antes con Mik. Bob se acercó para darle una palmada en la espalda. Pero le esquivó acercándose más al cantante. Ray se reía. Dio un paso más. Gerard le observó con un brillo de sospecha en los ojos. Medio paso más. Mikey cruzó pacientemente los brazos varios metros más allá, a la espera de que sucediese algo. ¿El qué?, se preguntó Frank. Como respuesta a su propia pregunta, sus pies decidieron ponerse de puntillas. Los labios del vocalista chocaron con los suyos. Ray dejó de reírse. Bob frunció el ceño. Mik sonrió. Gerard permaneció inmóvil.

133ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 18, 2008 9:22 pm

My BeauT!fu| VaMp!re

My BeauT!fu| VaMp!re
You know what they do to guys like us in prison
You know what they do to guys like us in prison

hi ^^
ta bonito.. siguelo Arrow
pero t matare ok!
jajaja Twisted Evil

134ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Dom Dic 21, 2008 1:53 pm

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capitulo31



Apretó fuertemente los párpados, con el corazón bombeándole en la garganta y aterrorizado por lo que pudiese ver si los abría. Era consciente de los tres pares de ojos que les miraban expectantes. ¿Cuáles serían sus expresiones? La sala había adquirido un silencio sepulcral en apenas dos segundos. ¿Y ahora qué, imbécil?, se recriminó Frank para sus adentros sin decidirse por ninguna opción que le convenciese. Bueno, no dije que el plan fuera perfecto, respondió otra voz dentro de su cabeza a la defensiva. Gerard parecía haberse convertido en una estatua de mármol, sin mover ni un milímetro el gesto de sorpresa que tenía compuesto en el rostro. Finalmente, la voz de Ray rompió el hilo de sus pensamientos:
- ¿Y a este qué le ha dado? –murmuró señalando al guitarrista con la barbilla.
- Qué manía de comerle la boca a Gerard cuando yo estoy delante –contestó Bob.

Un cable se ajustó dentro de la cabeza de Frank. Tal y como le había dicho Mikey hacía medio minuto, la primera reacción de sus amigos era la de tomárselo a broma. Abrió los ojos y se separó del vocalista con la respiración alterada. Miró al suelo intentando poner en orden miles de pensamientos que se atropellaban en su mente. ¿Cómo abordar el tema? Alzó los ojos instintivamente al bajista, que le asintió con una sonrisa afable, apoyado contra la pared. Vale. No tenía ni puta idea de cómo seguir.
De pronto, sintió dos manos que le cogían la cara. Alzó la mirada para encontrarse con un Gerard diferente… un brillo extraño en las pupilas, sí. Tal vez determinación. ¿Qué se proponía? Le observó confundido mientras su amigo no hacía más que contemplar sus labios, aún húmedos de saliva. Sin previo aviso, el vocalista se inclinó y volvió a unir su boca a la de él, pasándole la lengua por el labio inferior. Miles de mariposas se agolparon en la boca del estómago de Frank, anunciándole que era el momento de dar el paso final, ahora que ambos estaban de acuerdo.
Se separaron respirando hondo y encararon la situación que les esperaba. El vocalista fue el primero en balbucear algo coherente.
- Tenemos que hablar –dijo con la voz ronca.
- Joder, cómo suena eso –sonrió Bob- Parece que nos fueras a decir que es él tu amante misterioso.

Frank abrió los ojos con desmesura y comenzó a toser, atragantándose con su propia saliva mientras Gerard dejaba su mandíbula caer ante el comentario del batería. Pestañeó con rapidez y agitó la cabeza.
- ¿Cómo? ¿Has dicho… él?
- Déjalo, era una broma, me refería a Frank. Como os habéis besado así, sin más, y luego has dicho eso…
- Sin más… -repitió con la boca seca. Esto prometía ser interesante. ¡Si al menos su amigo dejara de toser y le ayudase!- ¿Sin más?
- ¿Qué? Me estás rayando, ¿estás bien?
- Gerard –intervino Ray con una mirada inescrutable en el rostro- ¿Sobre qué tenemos que hablar? ¿Qué pasa?
- Hay algo… algo que tenía que haberos dicho hace mucho ¿no?

Sus dos compañeros asintieron con el entrecejo fruncido. Bob seguía en ascuas, preguntándose de qué cojones iría todo aquello, mientras que Ray comenzaba a tejer una idea más insostenible que la telaraña. Era imposible, sin duda, el camino por el que sospechaba que iba a ir la conversación. Gerard asintió a la vez que ellos y carraspeó, realmente exasperado con la tos de su amigo.
- ¿Frankie, necesitas un caramelo? –dijo con brusquedad. El guitarrista se tapó la boca intentando contener los espasmos- Ayúdame, ¿quieres?
- Ah, ¿pero es que Frank lo sabe, y nosotros no?
- Dejadles hablar –comentó Mikey tres metros más allá, aún recostado contra la pared.
- Sí, gracias, Mik. Os ruego… os ruego que no me interrumpáis, se me va a hacer muy difícil confesar esto.
- No tienes porqué hacerlo tú –dijo Frank frotándose la garganta y acariciándole el hombro- Soy yo el que debe dar el paso, al fin y al cabo si se ha demorado este momento ha sido por que te lo pedí yo.
- ¿Estás seguro?
- Es importante para mí.
- No entiendo nada –absolvió Bob enarcando las cejas- ¿Podéis empezar, sea quien sea, por favor?
- Bien… pues veamos. Espero que no sea muy confuso esto, no he tenido apenas tiempo para pensar en cómo comenzar. A ver… sí, bien, esto debería remontarse a cuatro meses atrás, ¿de acuerdo? –sus amigos asintieron con curiosidad. Sintió la mirada penetrante de Gerard clavada en su cara, y tomó aire de nuevo en un intento de concentración- Fue, digamos, cuando mi vida dio un giro bastante radical…
- Cortaste con Jamia –murmuró Bob.
- Sí, exacto. Sabéis que estuve bastante deprimido esos primeros días por la forma en que me trató, pero tuve la suerte de tener a Gerard a mi lado. Es decir, todos estuvisteis apoyándome, pero… su compañía fue… esencial para mí en aquellos días. Lo que habría tardado en retomar las riendas de todo lo que me rodeaba se habría alargado hasta hoy seguramente, de no haber sido por él.

Calló. Llegados a este punto de la trama, ¿qué era lo siguiente que debía decir? ¿Debía extender un poco más la introducción, o pasar al primer acto de una vez? Miró a Gerard suplicante, pero no fue él quien salvó la situación, sino Mikey:
- Yo fui testigo de lo que fue surgiendo por aquel entonces –dijo avanzando unos pasos con las manos en los bolsillos.
- ¿Qué es lo que fue surgiendo? –preguntó Ray con la mirada atónita- Es que, perdonad, pero de la forma en la que estáis hablando, me estoy imaginando cosas que no pueden ser, ¿os importaría ser más claros?
- ¿Que no pueden ser? ¿Según qué código?
- Según el mío.
- Sigo perdido –murmuró el batería.
- Vale, retomemos y vayamos al grano –dijo Gerard alzando la voz- La cuestión es que la primera vez que tú –señaló a Bob- me descubriste un chupetón…
- …Fue hace cuatro meses –terminó el rubio abriendo los ojos ante la lógica que le había golpeado de repente. Rememoró el día en el que le vio la primera mancha color morado-marrón en el cuello. Él le había contestado… que había pasado la noche con una azafata del hotel, y se lo había creído sin más, sin sospechar de nada en absoluto, pues ¿acaso tenía motivos para ello? Y de improvisto, como surgido de la nada, apareció el recuerdo de la pelea que habían tenido Frank y Gerard después de que Frank hubiese pasado la noche con Eva. Sintió por un momento que si se ponía a hacer memoria, encontraría muchas situaciones en las que atar cabos. Pero… no, su lado cínico acababa de hacer su aparición: eso no era más que una broma. Comenzó a reírse con suavidad y les miró- Me cago en la puta, ¿otra vez?
- ¿Cómo?
- ¡Otra broma! –contestó riéndose con más fuerza- Y sigo cayendo como un auténtico imbécil. Primero aquella en la que me hicisteis creer que os había pillado morreándoos en… -Oh. Vaya. Sintió como si le echasen un jarro de agua fría.
- ¿Estáis juntos? –susurró Ray.
- S-sí –respondió Frank temblando de arriba abajo. Este era el momento más difícil, el punto clave: la reacción de sus amigos. Sintió náuseas- Entendemos que os cueste asimilarlo, así de golpe. Es muy difícil de tomar en serio, y fue por eso únicamente por lo que no queríamos… por lo que yo no quería que lo supieseis.
- Es… es… -balbuceó Bob- Por favor, si es una broma, este es el momento de cortarla.
- No es una broma.
- ¿Se-seguro?
- Claro –sonrió Gerard.
- ¿Y Jamia?
- Qué pasa con ella –espetó Frank repentinamente molesto- Agua pasada. Se acabó hace mucho.
- Se acabó hace cuatro meses –dijo Ray.
- No: cortamos hace cuatro meses. Pero estaba acabado de antes, de años antes, de hecho.
- Mirad -intervino el vocalista- Es normal que no entendáis la rapidez con la que se ha sucedido todo, ¡a Mikey le costó! Fue aquella semana en la que no nos hablábamos. Y al final descubrí que solamente estaba preocupado, cuando no había razón para ello. Frank y yo estamos muy bien, y lo digo con el corazón en la mano.
- Pero… joder, es muy complicado, ¿y cuando llegue el día en el que cada uno decida marchar por un camino? ¿Se acabará vuestra amistad, la banda, nosotros?
- ¡Claro que no! Frank y yo somos amigos ante todo, no imagino que pudiésemos acabar tan mal como para odiarnos.
- ¡Cuando volvimos del mes de vacaciones no os hablabais!
- Eso fue zanjado. El asunto de Mr. White no nos ha ayudado mucho que digamos. Tuve un momento de querer alejarme de todo lo que apreciaba para que él no lo tocase, y en ese mismo saco metí a Frank. ‘Mea culpa’.

¿Cuánto más duraría esa situación? En fin, ¿estaría feo marcharse ahora para dejar de ver los ceños fruncidos de sus dos amigos? Eran cuestiones que se le repetían a Frank sin pausa, en su interior. La situación estaba empezando a resultar un tanto incómoda. Esto debía ser simplemente una confesión, y estaba tornándose en algo parecido a una disculpa. No tenían porqué excusarse, las cosas eran así, y punto. Parecía que estuviesen pidiendo permiso, en vez de estar charlando sobre algo que podría ser lo más natural del mundo si abriesen un poco las mentes.
- Creo que ya está bien por hoy, Gerard, no hay porqué decir nada más –murmuró con un deje de exasperación acariciando el hombro de su amigo.
- ¿Cómo que nada más? –exclamó Bob.
- Lo que oyes. Me siento como si estuviese mendigando vuestra comprensión –contestó hinchando las aletas de la nariz. A continuación se acercó más al vocalista y le susurró-: Subámonos, Gee, por favor.
- No hay porqué tomarse las cosas así, Frank –replicó Ray- Es normal que estemos alucinados.
- Hay un límite.

Giró sobre sus talones y se dirigió a la puerta con las manos en los bolsillos, dudoso de interpretar de una manera u otra la reacción que habían tenido sus compañeros. Gerard se había quedado cabizbajo ahí atrás, no sabía si iban a seguir con la conversación una vez se fuese a la habitación. Se sintió mal por dejarle solo, pero al menos estaba Mikey para echarle un cable si lo necesitaba.
Subió a su cuarto, cerró la puerta con el pie y se quedó contemplando el ventanal situado justo en frente. Se distinguía el lago que había junto a la fachada trasera del hotel… el lago al que Gerard y él habían quedado en ir por la noche. Bien, eran las 20.16, según constató en su reloj de pulsera, y no sabía si el plan seguía en pie. Sacó su cajetilla de tabaco del bolsillo trasero del pantalón y cogió un cigarro con los labios. En el momento en el que encontraba su mechero en la sudadera, sonaron dos golpes en la puerta. Corrió a abrir, sabiendo de antemano a quién se encontraría al otro lado. Efectivamente, era él. Lucía una sonrisa cansada.
- ¿Cómo ha ido todo? –dijo el guitarrista dándole un casto beso en los labios a su amigo.
- Pues bueno… hemos quedado en hablarlo mejor mañana.
- ¡No hay nada que hablar!
- Frank, deja de comportarte así, claro que hay que hablar. Son nuestros mejores amigos, nos interesa que lo vean de un modo natural.
- Estoy harto de tener que preocuparme por convencer a la gente para que vea esto natural.
- ¿Te crees que no te comprendo? –suspiró Gerard- Anda, haz el favor de ponerte algo que abrigue más. En el lago hace frío.

_______________________



Se mantenían suspendidos sobre la superficie transparente de aquella extensión de agua. Soplaba un aire ligero, una brisa que apenas movía los cabellos suavemente. Habían alternado el turno para remar, hasta que ambos habían decidido dejar el bote en un punto muerto, justo en medio del lago, flotando bajo la luna. Gerard descansaba, tumbado con las manos entrelazadas tras la nuca bajo la mirada de Frank, que le observaba. Sus rasgos se le antojaban ahora hermosos con aquella luz marmórea como lámpara. ¡Lo que habría dado por tener una cámara en ese momento…!
- ¿Tú crees, sinceramente, que algún día estaremos libres de… todo esto que nos sigue?
- ¿De Mr. White? Claro, enano.
- No me refiero únicamente a White, sino… a lo que pueda venir después. Es decir, ¿qué será lo siguiente? ¿Los paparazzi? ¿Un fan loco de White? –ambos rieron.
- No lo sé, Frank. Prefiero no pensarlo, descarto todo lo que venga del futuro. Es importante sobrevivir al día a día.
- Meterle mano a la vida, ¿no?
- Exacto –sonrió y se incorporó apoyándose sobre los codos para mirar mejor a su compañero- Hasta que todo termine. Todo esto acabará algún día, Frankie.
- No digas eso. Me deprime –susurró, mirándose las manos con un nudo en el pecho.
- Todos los seres vivos acabamos muriendo, tarde o temprano.
- ¿No decías que no contemplabas el futuro?
- Es cierto. No tiene sentido pensar en la muerte –dijo arrodillándose y acercándose al rostro de Frank hasta rozarlo con la nariz. Lo besó con lentitud, acariciando su nuca y sus mejillas para infundirle calor a su piel fría- Se puede ser inmortal de muchas formas.
- Con… con las canciones. Nuestras canciones –una fina línea de fuego cruzó el cielo en apenas dos segundos, iluminando el agua alrededor de ambos- ¡Oh! ¿Has visto eso?
- Una estrella fugaz.
- ¡Vaya! Es la primera vez que veo una, ¡y no me ha dado tiempo a pedir un deseo!
- Bueno –rió Gerard colocando un mechón de pelo tras la oreja del guitarrista- Ya lo he pedido yo por los dos.
- ¿Sabes? Mi abuelo decía que los cometas daban comienzo a una guerra.
- ¿Por qué tienen que predecir algo malo? Ha surgido de las profundidades del Universo para arrojar algo de luz a esta mierda de mundo –se recostó de nuevo en la barca, cerrando los ojos y captando los olores de la naturaleza que tenían a su alrededor- ¿Por qué no puede haber aparecido para inaugurar el comienzo de algo bueno?
- No lo sé –contestó Frank, tumbándose sobre su amigo, con la cabeza apoyada en su pecho. Sonrió con el sonido acompasado de los latidos de Gerard, y sintió que el cansancio acumulado a lo largo de todo el día le sobrevenía de golpe- ¿Qué deseo has pedido?

No escuchó la respuesta, si es que la hubo. Su mente estaba ya abandonada al descanso, perdida mientras el pequeño bote se mecía con la suavidad de una pluma, acunándoles bajo el manto negro de la noche.

135ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Lun Dic 22, 2008 6:53 pm

__MYL79__

__MYL79__
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us
Honey, this mirror isn't big enough for the two of us

Waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

esta parte del fic es tan ipactante!!! no puedes parar de leer una vez que empiezas jajaja ya falta poco para que llegues a donde nos quedamos

Very Happy

en cuando a mi vida personal, estoy muy bien!! estas fiestas decembrinas me mentienen ocupada jajajaja aun tengo que envolver mi regalo xD tu sabes hay muchas cosas por hacer haaa creo que no te habia dicho ya termine de escribir mi fic!! jejeje

me voy

te amo!! <3

http://marcerock.hi5.com

136ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 5:55 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capitulo32



Estaba en la casa de su madre, en el salón con la decoración de hacía veinte años, cuando la abuela aún vivía con ellos. Entró en la habitación que quedaba a mano derecha de la cocina, la que comunicaba con el salón a modo de antesala, y dejó la mochila del colegio en el suelo. ¡Cómo adoraba ese cuarto…! Se le hacía tan cálido, con sus paredes revestidas en paneles de madera, el armario alto donde se guardaba la vajilla de porcelana decorativa que su madre tanto se esmeraba en limpiar cada mañana, la butaca de cuero mullido con aquellos pequeños manteles de punto sobre los apoyabrazos… y con el piano predominando en la estancia, como si de un Rey se tratara. Bueno, en cierta medida lo era; si hubiera algún tipo de jerarquía entre los muebles que decoraban ese lugar, no cabía duda alguna de que éste se llevaría el trofeo. Lo recordaba estratégicamente colocado de modo que la luz que se filtrara por el ventanal incidiera directamente sobre él, como único protagonista de la sala. Era como una aparición de saúco.
Oh, y ahí estaba la abuela, inclinada sobre las marmóreas teclas y deslizando sus finos dedos por ellas mientras observaba con el ceño fruncido las partituras que tenía delante. Movía la cabeza al ritmo suave de la pieza, arrancando destellos en su pelo gris al reflejar el débil sol de la tarde que alumbraba la habitación. Estaba preciosa cuando tocaba el piano. No supo decir qué canción estaba interpretando. Le sonaba, como si se tratase de una nana que le hubiesen tarareado de niño.
- ¿Por qué no te acercas, Gerard, cariño? –dijo en un murmullo grave sin apartar la mirada de sus papeles cetrinos. Siempre se preguntaba de niño cómo lograba saber su abuela que estaba detrás de ella observándola. Un día descubrió un cristal del tamaño de una mirilla incrustado en la madera del piano, como elemento decorativo, y que bien podía ser utilizado como espejo. Caminó hacia ella- ¿Sabes qué estoy tocando?
- Lo conozco. Pero no sé el nombre –contestó encogiéndose de hombros.
- Veamos… ¿no distingues este trozo en particular? –preguntó embaucándose en los siguientes compases. La música era como un billete hacia otra tierra, literalmente. Tal vez a la de su infancia más lejana, cuando empezaba a tener uso de razón y su abuela le enseñaba piezas de Mozart.
- ¡Ah, Mozart! –Elena rió entre dientes y asintió- El martes, la Sra. Margaret la quiso tocar en clase y se equivocó ¡seis veces! Tú eres mejor que ella –absolvió sentándose junto a su abuela en el taburete. La cabeza le llegaba por su hombro, por lo que tuvo que levantarla para poder mirarla- Bueno, tú eres mejor que nadie.

La mujer dejó de tocar y le contempló por unos segundos con una sonrisa afable dibujada en el rostro. Le cogió de la barbilla y le besó la nariz.
- Y tú, mi niño, eres muy grande.
- Yo soy bajito –susurró formando un mohín con sus labios- Y por eso Robbie se mete conmigo en el cole.
- Pero eres enorme de aquí –dijo acariciándole el pecho- Y algún día ese Robbie impertinente tendrá que comerse sus palabras, porque serás mucho más grande que él, y que nadie. Serás un ejemplo a seguir –añadió mientras su nieto la miraba con expectación.
- Estarás orgullosa de mí, abuela –susurró balanceando los pies, que colgaban inertes sin tocar el suelo.
- Ya lo estoy, Gerard.
- Pero haré algo que será muy importante para la gente, y para ti.
- Harás sombra en medio mundo –corroboró asintiendo con firmeza- Estoy segura de ello.
- Gee, hay cosas que hacer –interrumpió la voz de su madre detrás de ellos- Levántate y ayúdame a hacer la maleta.

Se giró para ver a su madre, cuyos rasgos se fueron transformando ante sus ojos hasta cambiar el marrón de sus pupilas en verde, conformar una nariz respingona adornada con un piercing y afinar sus labios considerablemente. Sintió cómo se desvanecía el sueño sin remedio, sustituyendo definitivamente los rasgos de Donna por los de Frank, que le sacudía para despertarle. Gimió con la voz ronca ante la luminosidad de la habitación, y cerró los ojos de nuevo con fuerza.
- Venga, vamos a terminar el equipaje, -instó el guitarrista dando palmadas- que nos vamos a… eh…
- Ni te sabes el nombre de la ciudad.
- Bueno, a Nosequelandia. ¡Da igual! ¡Nuestra última visita en Europa! ¡La última ciudad antes de partir para América!
- No grites, ¿quieres? –protestó Gerard incorporándose en el sofá del cuarto, con los ojos entrecerrados.

Mientras su amigo cantaba estrepitosamente “¡I like to be in Amé-ri-ca…!” al ritmo de sus saltos, pensó y supuso que debían de ser alrededor de las seis de la tarde, a juzgar por el color del cielo que se percibía por la ventana. Parecía que en Rusia siempre eran grises las nubes, amenazando constantemente con volcar una tormenta sobre ellos. Eso sí, el Sol era tan molesto como el que más. Se frotó los párpados somnoliento, intentando retener los detalles de su sueño. Esta vez no había utilizado su imaginación, sino su memoria, porque lo que había soñado era real. O fue real, más bien. Había rememorado aquella tarde de otoño de hacía poco más de veinte años, en la que tuvo plena consciencia, por primera vez, de que quería ser alguien. No había decidido su camino en esos momentos, simplemente había decidido que quería tener un camino. El rumbo que había tomado desde entonces se había visto completamente influenciado por el amor a las artes que le transmitía su abuela. La pintura, la fotografía, el canto, la escritura… le debía su ser a ella. Le debía su situación actual; su pasado, su presente, su futuro, su trabajo, sus amigos. Todo, concluyó abrumado dentro de su cabeza. Se le humedecieron los ojos al evocar imágenes de su vida junto a ella, y de repente no quiso recordar más ese sueño.

________________________



- ¿Estás nervioso? –le susurró Mikey apretándole el hombro.
- No.
- Mejor, no tienes porqué estarlo. Lo han pensado mucho.
- Escucha, no creo que el autobús sea el mejor lugar para zanjar el asunto con Bob y Ray.
- Cuando lleguemos al hotel –intervino Frank asintiendo con la cabeza.

El grupo se disponía a entrar en el autocar que les llevaría a Ástrajan, el último destino del país moscovita. Era realmente excitante la perspectiva de volver a casa después de tantos meses, y… descansar, por fin. Aislarse de la Tierra durante un tiempo. Que les diesen por muertos, no pasaba nada. De hecho, tal vez era buena idea publicar sus defunciones en la web oficial del grupo y luego, al cabo de los meses, salir de nuevo a la luz gritando “¡¡Era bromaaaa!!”. En fin, en cualquier caso, iban a darlo todo en los últimos shows, harían que se hablase de ellos hasta su retorno. No se imaginaban cuánto.
- De todas formas –continuó el bajista- tampoco tenéis mucho que hablar ya, prácticamente fue todo dicho.
- Sólo necesitan tiempo –comentó Gerard con aire abstraído mirando hacia el lugar en el que Ray y Bob esperaban sentados a que llegase el conductor, sentados sobre sus maletas. Parecían murmurar entre ellos, aburridos y ligeramente alejados de donde estaban Frank, Mikey y él- Bueno, ¿y este hombre qué está haciendo? –añadió dándole un puntapié a la rueda del vehículo- ¡Llevamos veinte minutos esperando a que venga alguien!
- Ah, nos dijo Brian que llamásemos cuando nos pusiésemos en marcha.
- Oh, bien, eso calculo que sucederá en el 2009, cuando el conductor crea conveniente aparecer.
- Cállate, viene hacia aquí –murmuró Mik.

El vocalista se dio la vuelta con un resoplido y chascó la lengua malhumorado ante la parsimonia con la que el hombre se dirigía hacia ellos. Aparentaba unos sesenta años, y su pelo blanco llamaba la atención incluso estando tapado por una gorra de dudosa higiene, a juego con el resto de su ropa. Al llegar a la puerta lateral del autobús tiró el cigarrillo que colgaba inerte de sus labios y les saludó con una frase que habían supuesto que se trataba de algún tipo de bienvenida. A nadie le inspiró confianza que aquel hombre tuviese los párpados semicerrados; parecía medio dormido.
- Joder, esto es profesionalidad y lo demás son tonterías –espetó Gerard cargando su maleta una vez se abrió la compuerta del maletero.
- Gee, está detrás tuya… -reprochó cansinamente su hermano.
- ¡No me entiende! Como si le recito el himno americano al revés. Voy a llamar a Brian, déjame tu móvil.
- Ya le estoy llamando yo –intervino Frank- ¿Hablas tú con él? Te lo paso, toma.

La voz del mánager ya sonaba cuando se acercó el teléfono a la oreja.
- ¡Frank!
- Hola, jefe.
- Ah, Gerard. ¿Cómo va, estáis de camino ya?
- Bueno, estamos subiendo ahora al autobús, el conductor se… ha dormido. Veinte minutos.
- Vaya. ¿Y qué tal, estáis preparados para el concierto de mañana?
- Sí, Frankie está exultante, está deseando que le canten el cumpleaños de nuevo –rió mientras entraba en el transporte y se acomodaba en las butacas de la última fila. Bostezó- Que no se te olvide llamarle esta vez.
- Descuida. A parte, le he preparado una fiesta sorpresa a vuestra llegada, y no le digas nada, pero he contratado a una stripper –rió su amigo al otro lado de la línea- Ya sabes, para apoyarle en su nueva vida de soltero.
- Oh, eh… -balbuceó Gerard con una ceja levantada- Vaya, eso es genial. Muy… original, sin duda. ¿Lo has pensado tú solito?
- Pues lo cierto es que no. Me ha ayudado Hugo, mi sobrino. Ya sabes, él es más joven, por lo tanto, sus ideas también.
- Sin duda –dijo reprimiendo una carcajada- Creo que a Frankie le encantará. Dile a la chica que… dile que le provoque, ¿sabes? Que se le insinúe.
- No es una prostituta, Gee.
- Por supuesto.
- Lo digo en serio, no vayas a intentar ningún numerito.
- ¿Por quién me tomas? –replicó con un fingido tono ofendido- Sólo pienso en el bien de mi mejor amigo, el cual ADORA a las mujeres. Sobre todo en estos últimos cuatro meses, que desde lo de Jamia no busca más que damas a las que camelar.
- Ya, bien, vale, ya veremos ¿ok? No me apetecería que me tachasen de Vedette del Burdel.
- Jamás les revelaría tu mote secreto, Brian.
- Vale, Gee, llamadme si hay algún problema, ¡buen viaje, ciao!
- ¡Era brom…! –exclamó.

Pero un pitido en la línea le dio a entender que su amigo había cortado la comunicación. Rió entre dientes y sacudió la cabeza divertido. Era muy fácil poner nervioso a su mánager, y desde luego que se había convertido en su pasatiempo favorito desde que había descubierto que él era más propenso a sacarle de sus casillas que cualquier otro. Tal vez porque su relación era más estrecha que con los demás chicos. Al fin y al cabo, la única cara que recordaba Gerard de su época de rehabilitación, hacía cinco años, era la de Brian: él gestionaba los gastos y la calidad del centro en el que ingresaba cada semana, iba a poner las facturas y los contratos de las enfermeras en orden, y pasaba a visitarle cada día. Había sido su enfermero particular sin redimirse ni un solo día. ¿Qué habría sido de su persona sin la influencia de Brian?
Le entró algo parecido a la culpa por la actitud que siempre tenía hacia él. No recordaba haberle dado nunca las gracias. Se había supuesto su agradecimiento, le había hecho regalos y habían estrechado considerablemente los lazos de su relación, pero nunca había pronunciado las palabras “Gracias por todo”. Tal vez por eso siempre metía las bromas de por medio durante sus conversaciones, por si en algún momento llegaba un silencio en el que saliese a relucir algún tema del pasado que enlazase con sus ‘días oscuros’. Por si su amigo le reclamaba su derecho a tener esas palabras de agradecimiento. Qué tontería. Brian jamás haría eso, huía de las situaciones íntimas, al igual que él, y le incomodaban las muestras de cariño extremo; era un tío humilde, la verdad. Suspiró mientras buscaba la ‘B’ en la agenda del móvil de Frank, y pulsó el botón de llamar en cuanto vio el nombre del mánager. Oyó la señal de marcado, una vez, dos veces, tres veces, y alguien descolgó:
- ¿Quién es? –dijo una voz metálica al otro lado.
- Mm… ¿Brian?
- No se encuentra disponible en este momento, -respondió la voz con la monotonía de un contestador- ha cogido el coche para hacer un recado en el centro. Se ha dejado aquí el móvil.
- Oh, vaya –chascó la lengua el vocalista- Escucha, ¿le podrías dejar un recado?
- Supongo.
- Dile que me llame cuando tenga un hueco, ¿ok? Es importante, tengo… tengo que decirle algo. Varias cosas, en realidad.
- ¿Con quién hablo?
- Con Gerard Way. Bueno, Gerard simplemente para él.

Hubo un estrépito al otro lado de la línea, como si se hubiese caído al suelo una estantería de metal. Alguien soltó una blasfemia, y el chico volvió a hablar, esta vez con más efusividad en la voz.
- ¿Es Gerard Way?
- Eh, sí. De momento.
- Vaya –el cantante frunció el entrecejo, pero no dijo nada, esperando a que el joven añadiese algo más- Qué coincidencia. Ahora mismo revisaba la ruta que está siguiendo su grupo.
- ¿Eso no lo lleva Brian?
- Oficialmente, sí. Extraoficialmente, no. Soy su ayudante, lo manejo yo.
- ¿Eres Hugo? –dijo cayendo en la cuenta de pronto- He oído hablar bastante de ti.
- Estoy seguro de ello. Bien, le daré el recado a mi tío en cuanto tenga oportunidad, pase buena tarde.
- Genial, gra…

Pero la comunicación, de nuevo, había sido cortada sin apenas darle tiempo a pronunciar una palabra. Debía de ser algún gen impaciente de la familia. El autocar se puso en marcha suavemente, y se levantó con cuidado para devolverle el móvil a Frank.
Volvió a su asiento, se tumbó cómodamente a lo largo de las butacas, y se estiró mientras bostezaba ruidosamente. Ojalá el conductor no tuviese tanto sueño como él.

137ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:11 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capitulo33


- Es decir, que no confiáis en mí. Ni en mí ni en Frank, para ser más exactos, ¿no? –dijo Gerard expulsando el humo del cigarro por la nariz e incorporándose para apagar la colilla en el cenicero.
- No es cuestión de confianza, ¿quieres dejar de decir tonterías? –espetó Bob.
- Acabas de decir que no te fías de la madurez con la que podamos llevar esto. Y eso, disculpa que te lo diga, es desconfiar de nosotros.
- De vuestras reacciones –corrigió Ray.
- Llámalo como quieras –se encogió de hombros.
- Lo que quiere decir Gerard, –intervino Frank- es que no creéis que seamos lo suficientemente responsables como para hacernos cargo del asunto, y eso implica desconfiar. De nuestra madurez, de nosotros, da igual: pensáis que si hubiese alguna disputa, actuaríamos como niños pequeños y se extendería el problema al grupo.
- ¿Como ya ocurrió a mediados de Octubre, quieres decir? –murmuró mordazmente Bob con los ojos entornados- No, jamás se me ocurriría pensarlo. Al fin y al cabo, ya ves tú, ¿qué fue lo que pasó? Sólo os rompisteis la cara en el hotel, nos arrastrasteis a una pequeña trifulca con la Seguridad Rusa, Brian estuvo a punto de perder su empleo… bueno, tú me entiendes: cositas banales.
- ¿No sabes poner otro ejemplo? –interrumpió Gerard levantando el tono de voz- ¿Tienes más argumentos, a parte de ese?
- Vamos a ver -dijo el guitarrista frotándose los párpados- Está clarísimo que lo que pasó fue muy jodido, nunca nos hemos excusado. Asumimos las consecuencias en su día y lo lamentamos más que nadie. Está claro que nunca tenía que haber llegado a ese extremo, se nos descontroló de las manos por motivos que ya no se van a repetir. Fue un error que no se volverá a cometer.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque aprendimos, joder. Porque hemos superado los problemas que nos llevaron a eso, e incluso diría que maduramos desde ese momento. Estamos… nos lo tomamos todo de forma más pausada; o todo lo pausado que se puede tomar en nuestra situación, al menos.
- No podemos cambiar lo que hicimos, ni cómo os lo hicimos pasar, -siguió el vocalista- pero sí podemos asegurar que no volverá a suceder nada parecido. Nuestros problemas se quedarán entre nosotros, no vamos a dejar que afecte al grupo. Otra vez.
Se hizo el silencio en la habitación. Durante casi un minuto, los miembros del grupo permanecieron absortos en sus cavilaciones, sopesando si eran o no convincentes las palabras que se habían dicho durante la conversación. Bob y Ray fijaban su mirada en sus rodillas mientras intentaban pensar en alguna otra duda que quisieran sacar a relucir, pero parecía que todo había sido dicho y discutido.
Mikey suspiró en el rincón en el que se encontraba, preguntándose por enésima vez qué pintaba él en el tema y porqué le habían pedido Frank y Gerard que les acompañase. Se levantó con un bostezo y se apoyó contra la pared, expectante:
- ¿Algo más que aclarar?
Los demás le miraron, e inconscientemente después se miraron entre ellos. El batería se encogió de hombros y carraspeó, negando con la cabeza. Ray, por su parte sonrió levemente y habló:
- Esto va a ser rarísimo –rió- Pero… no hay nada que objetar. Seguís siendo Gerard y Frank, no hay porqué veros de forma diferente. Solamente yo… bueno, tal vez me cueste entenderlo, pero solo al principio, no es nada contra vosotros, ¿vale?
- Claro, por supuesto. Contábamos con eso, de hecho.
- No os vamos a decepcionar –aseguró el cantante- Solamente confiad en lo que os decimos ¿de acuerdo?
- Bien –susurró Bob masajeándose las sienes y consultando la hora en su reloj- Supongo que… en fin, te mereces mi apoyo como regalo de cumpleaños, Frankie.
- ¿Eh?
- ¡Felicidades!
_________________________


Cinco mil gargantas entonando al unísono y bloqueándole los cinco sentidos. No podía oír nada que no fuera el bramido de la multitud. No podía mirar otra cosa que no fuera la sonrisa de Gerard. No podía oler más que las gotas de sudor que recorrían su frente. No podía sentir más que las yemas de sus dedos reposando sobre las cuerdas de su guitarra. No podía saborear nada a parte de su boca seca. Cuando el aforo terminó a diferentes tiempos el ‘Cumpleaños Feliz’ y las luces se apagaron dando por terminado el último show antes de volver a los EE.UU, Frank Iero se echó a llorar sobre el escenario.
_________________________


El teléfono no paraba de sonar y vibrar en el bolsillo del guitarrista. Desde que lo encendiese por la mañana, ya había tenido que recargar dos veces la batería, exhausta de transmitir llamadas y mensajes a su dueño. No era que las felicitaciones variasen mucho, pero desde luego no era algo que le aburriese ni de lejos en aquellos momentos. Estaba feliz, realmente pleno por la idea de volver a retomar el tour en América, más cerca de casa y de los suyos, pisando terrenos más conocidos y con fans que, al coger él el micrófono para hablarles, no necesitarían traductores para entenderle. Sonrió ante la perspectiva del vuelo del día siguiente.
- ¿Qué planes hay para hoy? –murmuró con los ojos cerrados, sumido en sus ensoñaciones. No era que no se imaginase la respuesta.
- Recorrer la fauna discotequera de Ástrajan, muñeco –dijo Ray poniéndose las gafas de sol.
- No me habréis comprado ni una galleta, supongo.
- La esencia del cumpleaños está, querido amigo, en compartir la bonita fecha con los seres que más te aman –recitó Bob con aire solemne, acercándose por su espalda y colocando las manos sobre sus hombros- Es decir, nosotros. ¿Hay regalo mejor que ese?
- Supongo que no –suspiró el guitarrista abriendo los párpados.
- No ha habido tiempo, Frank –sonrió Mikey por encima del libro en el que estaba inmerso.
- Ya lo sé. Y sé también que lo que me preparará este año Brian valdrá por todos vuestros regalos juntos.
- Eso sí que te lo puedo asegurar –se le oyó decir a Gerard desde la terraza de la habitación. Su frase pareció terminar con una risa ahogada.
- En fin, voy a ducharme, tíos –dijo levantándose de un salto- Si me llaman dejadlo sonar ¿ok? –añadió antes de cerrar la puerta del baño tras de sí con el pie.
- Y una mierda –exclamó el vocalista- Ya estás quitándole el maldito sonido, estoy hasta las pelotas de escuchar el mismo riff de Nirvana, una y otra vez.
Se oyó la risa de Frank como respuesta antes de empezar a entonar la melodía del estribillo de ‘Smells like teen spirit’. Percibieron el ruido del agua cayendo sobre la bañera, y comenzaron a planear la ropa que se pondrían en esa noche especial. Desecharon la idea de Gerard de llevar gorras y pañuelos que ocultasen parcialmente sus rostros: si alguien tenía que reconocerles, lo haría aunque viesen solo media ceja. Después de hacer un cálculo aproximado sobre el dinero que debería sacar cada uno del cajero para pagar los gastos de la salida, todos menos el cantante se levantaron dispuestos a irse. Le tocaron brevemente a la puerta a Frank para despedirse, y se marcharon de la habitación. Nada más cerrar la puerta tras ellos, el móvil martirizante de su compañero se puso a vibrar con violencia sobre la mesa, acompañado por las primeras notas de la banda grounge.
- Cobain te llaaaaamaaaaa –canturreó danzando en vueltas hasta la mesa y mirando la pantalla- No: Cobain te manda un mensaje. ¡Frankie, te ha llegado un mensaje! –esperó la respuesta de su amigo, que seguía bajo el chorro de la ducha- ¿Te lo abro? ¡Puede ser Brian!
- ¡Prefiero sopa, gracias! –gritó Frank por fin.
- Eh… ¿sí? –murmuró enarcando una ceja- Y yo que me alegro. Vale, veamos –suspiró cogiendo el teléfono. Lo desbloqueó con torpeza al tercer intento- “Ha recibido un nuevo mensaje de texto”. No jodas, ¿sí? Apenas lo he notado, oye. A ver… “¿Abrir?”. Ahá –susurró triunfante al pulsar al ‘yes’. Las palabras aparecieron de golpe en la pequeña pantalla rectangular, secándole la boca al comprobar el remitente- Jamia…
__________________________


Mikey, Ray y Bob caminaban por el pasillo en dirección a sus habitaciones. Después de comentar que tendrían que avisar a Charley para que fuese de fiesta con ellos, se habían quedado en silencio. Por eso oyeron de sobra los pasos precipitados que se acercaban corriendo hacia ellos, y por eso se dieron la vuelta a la vez para ver aparecer doblando la esquina a un Gerard más pálido de lo habitual que tuvo prácticamente que derrapar para no chocar contra ellos. Tenía una expresión asustada en los ojos.
- ¿Qué haces, qué pasa? –dijo Mikey.
- Es… ne-necesito vuestra ayuda. Vuestro consejo y opinión, más bien. Osea, no es un tema mío, pero a la vez sí. Así que también es vuestro ¿no?
- ¿Cómo? ¿De qué está hablando? –preguntó Bob a Ray en voz baja.
- Es un mensaje –siguió el vocalista atropelladamente- Mierda, es raro que de nuevo todo… no sé, no tiene mucho sentido. ¡Joder! No quiero parecer un loco posesivo.
- Pues no vas por buen camino –interrumpió su hermano- ¿Te puedes explicar?
- Frank ha recibido un mensaje. Ahora mismo, hace medio minuto, y es… es de Jamia, joder. Es un mensaje de Jamia –todos abrieron la boca al unísono- Y lo he abierto. No debería haberlo hecho, ya lo sé, pero qué cojones, ya lo he hecho. No me… gusta.
- Gee, el mensaje… -Ray carraspeó- ¿Es para felicitarle, solamente?
- ¿De verdad crees que si fuese para felicitarle estaría a punto de echarme a llorar?
- Vale, tranquilízate. A ver, déjamelo leer –Gerard le ofreció el móvil con la mano temblorosa, y su amigo se dispuso a leerlo en voz alta-: Veamos… “Hola Frank. ¿Cómo estás, a parte de agobiado por todas las llamadas que debes estar recibiendo hoy? Bueno, ahora me toca a mí: FELICIDADES. Se me hace raro no estar allí para decírtelo en persona, como todos estos años. ¿Quién nos lo iba a decir hace seis meses? Supongo que esta vez el abrazo tendrá que ser a distancia, aunque… me gustaría que fuese en persona cuando llegases a América, estos meses han sido extraños y precipitados, y me gustaría que hablásemos de todo. Te echo de menos. ¿Me echas tú de menos a mí? No contestes a eso, solo pásalo bien, y dale recuerdos a los chicos.” –cuando terminó de hablar, el silencio se adueñó del pasillo por unos segundos.
- ¿Y bien…? –susurró Gerard- ¿Qué… qué opináis, qué decís?
- Pues yo digo que Jamia os manda recuerdos a todos, chicos –dijo Bob.
- ¡Deja de decir tonterías! ¡Tengo que poner el móvil en la mesa antes de que Frank salga del baño!
- ¿Y a mí qué me cuentas, qué quieres que haga?
- ¡Que me digas si es bueno que Frank lo vea o no!
- ¿Cómo voy a saber si es bueno para él?
- Bórralo –dijo de pronto Mikey. Bob y Gerard interrumpieron su disputa para mirarle. El bajista miraba el móvil con los ojos entornados, y finalmente se frotó el mentón y repitió-: Bórralo. No es bueno que lo vea. Creo que… ¿tú qué piensas, Ray?
- Pienso igual –contestó con un hilo de voz- Es volver a remover toda la mierda, cuando no hay necesidad de ello.
- Pero vamos a ver, ¿no es mayorcito el chico para decidir ÉL lo que le conviene? Tal vez necesiten aclararlo todo y seguir luego cada uno por su camino de nuevo.
- Ha quedado bastante claro que Jamia quiere algo más que “seguir luego por su camino de nuevo” –sentenció Gerard- Dios, ¿por qué tenía que escribirle nada? ¿No ha hecho ya bastante?
- Sigo pensando que no tenéis derecho a borrarle un mensaje del móvil. Es… ¡es su vida, joder!
- ¡También es parte de la mía! –gritó el cantante.
- Dejad de discutir –espetó Ray- Ya lo he borrado. Ponlo de nuevo en la mesilla –añadió tranquilamente, ofreciéndole el teléfono a Gerard.
- Buah, os la vais a cargar –murmuró Bob alejándose por el pasillo- No quiero tener nada que ver con esto, tíos. Na-da.
- ¿Hemos… hecho bien? –preguntó el vocalista con la mirada fija en la pantalla.
- ¡No! –contestó el batería a lo lejos antes de cerrar la puerta de su habitación con un portazo.
- No le hagas caso. Era nuestro deber como amigos; Frank está mejor sin Jamia, y a saber lo que le diría ahora para hacerle sentir confundido de nuevo. Venga, ¡ya está! No es para tanto, vámonos a vestir ya.
Gerard respiró hondo y asintió. Sentía la boca seca y el corazón bombeándole en la garganta y creándole un nudo que le hacía difícil tragar. Se dio la vuelta con brusquedad y volvió a la habitación tan aprisa como le permitieron sus piernas agarrotadas. Nada más dejar el móvil sobre la mesa, la puerta del baño se abrió dejando paso a un Frank semi tapado por una toalla anudada a la cadera.
- ¡Ahá, te pillé! Me querías cotillear el móvil ¿eh? –rió sin reparar en el rictus marmóreo de su amigo- ¿Me ha llamado alguien?
- ¿Eh? N-no –tosió para aclararse la garganta- Por suerte para mis oídos.
El guitarrista volvió a reír y se desasió de su toalla. Fue directo a donde él estaba sentado con una media sonrisa pintada en el rostro, y se subió a horcajadas. El gesto pilló por sorpresa al vocalista, que cerró los ojos intentando concentrarse en la trayectoria que iba trazando la boca de Frank sobre la línea de su mandíbula. Suspiró cuando notó sus manos adentrarse bajo su camiseta para acariciarle la zona del pecho y los pezones. Ninguno llevaba la cuenta de los días que habían pasado sin apenas tocarse, pero deducían, por las reacciones de sus cuerpos, que habían sido demasiados. A los dos se les aceleró el pulso cuando comenzaron a buscar sus lenguas en la boca del otro. “Te he echado de menos”, susurró Frank contra el cuello de su amigo mientras este tanteaba su espalda hasta bajar a las caderas, y de ahí, a su dureza, la cual acarició con el dorso de la mano. La parsimonia de su gesto le hizo temblar de excitación. Con la mano que le quedaba libre, Gerard agarró la nuca de su amante para profundizar más el beso, y ambos ahogaron un gemido.
En ese momento, el móvil de Frank comenzó a clamar atención escandalosamente para que contestasen a una llamada. Ambos despegaron a duras penas sus labios enrojecidos para mirar atónitos el cacharro que tan bruscamente acababa de romper aquel momento de extrema intimidad. El guitarrista chascó la lengua con el entrecejo fruncido, y lentamente alargó el brazo para atender el teléfono. Aún tenía la respiración agitada cuando lo contestó y se bajó de las rodillas del vocalista, el cual, ahora que tenía un momento de relajación mental, volvía a recordar de nuevo el incidente del mensaje de Jamia. Se frotó los párpados agotado y exhaló el aire ruidosamente, pensando en que, irremediablemente, esa noche soñaría con Kurt Cobain y Jamia persiguiéndole por los pasillos interminables de un hotel.

138ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:33 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capitulo34


Era obvio. Si todos los años habían sido iguales, ¿por qué este iba a ser diferente? En todos los 31 de Octubre se sucedía el mismo ritual: ellos bailaban y bebían, mientras él solo bailaba. Ellos hablaban y bebían, mientras él solo hablaba. Ellos reían y bebían, mientras él solo reía. Y al final de la noche, lo único a lo que atinaban a hacer sus amigos era a beber. Y él… bueno, ahí él solo miraba. Lo tenía asumido, sabía que para él la noche terminaba en un punto concreto, un punto en el que su papel de ‘amigo’ se tornaba en papel de ‘niñera’. Miró el reloj cuando empezó a sentir los párpados pesados: las cinco de la madrugada, y ellos no parecían tener intención de irse a dormir. Bueno, cuando les empezase a ver quitándose prendas de ropa sería su momento de intervenir y llevarles de vuelta al hotel.
Lo bueno de llevar sobrio durante cinco años eran las ausencias de resacas. Ya se había olvidado de la sensación de retardo en la vista y de las náuseas al ver comida que solían darle tras sus míticas juergas. Sonrió al pensar en el viaje tan horroroso que tendrían mañana sus compañeros durante el avión, mientras él, en cambio, tendría la mente lo suficientemente despejada como para recordarles momentos de la noche que hubiesen olvidado.
Un ruido de cristales rotos le sacó de sus pensamientos: Frank había tirado su vaso del cubata y se tapaba la boca para ocultar su risa del camarero, que le observaba varios metros más allá con el ceño fruncido, desde la barra del bar. Se giró para gritarle algo a Ray y se tambaleó peligrosamente. Gerard se levantó corriendo para sujetarle a tiempo de que resbalase sobre los pedazos esparcidos de cristal. El guitarrista le miró al notar sus brazos sujetándole por las caderas, y atrajo su cara con torpeza hacia la de él. Chocó con sus labios antes de lo que se esperaba y los mordió bruscamente, dejando escapar una risita. El vocalista gimió y se separó molesto. Sacudió la cabeza para enfocar la vista a través del humo que llenaba el bar, era realmente insoportable para las retinas. Las luces del pub pintaban de colores las caras de la gente a su paso y danzaban a lo largo y ancho de la pista y el techo. “¡Voy a volver a sentarme!”, se intentó hacer oír Gerard por encima de la música; apenas lo hubo dicho, Frank se zafó de su camiseta y comenzó a sacudirla al estilo vaquero. A nadie se le pasó por alto la mirada que le echaron dos hombres en cuanto su torso quedó al aire. Ambos se acercaron al ritmo de su baile y comenzaron a rodearle con medias sonrisas, mientras el chico se reía con los ojos cerrados sin prestar atención a lo que le susurraban al oído. Bob y Ray observaron a Gerard ponerse tenso, y entre el delirio del alcohol y el ruido intentaron coger las manos de Frank y tirar de él, pero los dos chicos le sujetaron la cintura. El guitarrista abrió los ojos divertido, y se libró de todas las manos que tiraban de él hacia un lado y hacia otro. Clavó sus pupilas en la única presencia que le importaba en esos momentos, y caminó hacia ella tambaleándose y empujando a la muchedumbre a su paso. Los dos jóvenes le acariciaron la espalda cuando pasó por su lado, pero tampoco sintió aquello. Solo sentía unas ganas tremendas de agarrar el pelo de Gerard y besarle hasta hacerle daño, y cuando llegó a trompicones hasta él, le abrazó con fuerza y apretó su cuerpo hasta quedar exhausto.
- Joder Frank –jadeó el vocalista- Venga, vuelve a ponerte la camiseta que nos vamos.
- ¿Nos volvemos al hotel?
- Sí.
- ¿A hacer el amor? –preguntó inocentemente con la ilusión plasmada en su cara.
- No –rió a carcajadas-, a dormir. Voy a avisar a Ray y Bob.
- ¿No me vas a regalar nada esta noche? –insistió el guitarrista agarrándose a su camiseta para no resbalarse al andar.
- No, Frank, ya has tenido bastante por hoy, ¿no crees?
- ¡No! Yo no… yo quiero estar ahora contigo. Estaba guardando fuerzas para ti.
- ¿Ah sí? Vamos a verlo –y acto seguido, le soltó. Como había previsto, a su amigo se le doblaron las rodillas en cuanto se vio privado de su apoyo, y tropezó con una banqueta que había tirada. Gerard le agarró del brazo justo antes de que llegase a tocar el suelo- Bien, pues creo que ya no te quedan más.
________________________


El trayecto hasta el hotel fue tremendamente largo para el líder de la banda. Apenas podía lidiar con el chapucero inglés con el que se intentaba comunicar el taxista para entender la dirección a la que tenía que llevarles, y al mismo tiempo hacerse oír sobre las risas estentóreas de sus amigos; eso sin contar con los reflejos que tenía que tener para frenar los continuos intentos de Frank por besarle o lamerle la cara. Cuando el ambiente se hubo relajado y el coche logró ponerse finalmente en marcha, había llegado el turno de repasar mentalmente las cosas que no debía de olvidar meter en la maleta para el viaje que tendrían en unas cuantas horas. De nuevo, fue el guitarrista el que interrumpió el hilo de sus pensamientos.
- Gee… -murmuró desabrochando los dos primeros botones de su camisa e inclinándose para besar el trozo de pecho que quedaba al descubierto.
- Ey ey, Frank, para –contestó cerrando los ojos por el cansancio.
- ¿Pero por qué no quieres que te toque? ¡Lo necesito!
- Tíos, esperaos a llegar al hotel si no es mucha molestia –dijo Bob mientras se frotaba el puente de la nariz, y añadió para sí mismo-: Ya me podía haber ido en el otro taxi con Ray y Mik.
- Dame solo un beso, Gee.
Gerard le alzó la barbilla y le besó rápidamente en los labios.
- Pero… pero con un poquito de lengua.
- Oh, Dios –se le oyó decir a Bob.
_________________________


Despertó al chocar un rayo impertinente de Sol contra sus párpados. Gimió molesto y giró sobre el colchón para darle la espalda a la luz; se topó con un cuerpo a su derecha, un cuerpo cuyo olor reconocía al instante en cualquier momento, y abrió los ojos. Frank contempló a su amigo mientras este respiraba profundamente, con el torso desnudo y el pelo revuelto cayéndole por la frente. Levantó la colcha para comprobar si yacían desnudos, pero le decepcionó ver varias prendas abrigándoles de cintura para abajo, así que se incorporó en la cama hasta quedar sentado e intentó recordar la pasada noche. Sus recuerdos terminaban en un punto bastante difuso, y a partir de ahí se sucedían una serie de imágenes extrañas llenas de diversos colores que relacionó con la última discoteca que debieron visitar. Ahora no tenía estómago para forzar la mente: sentía náuseas y unas terribles ganas de beber agua para desacartonar su maldita boca.
En cuanto volvió del baño, aseado y refrescado, y vio de nuevo la silueta de Gerard bajo las mantas, no pudo resistirlo, y caminó lentamente hasta sentarse en el borde de la cama, junto a él. Le acarició los pómulos y la línea de los labios, con cuidado de no hacer demasiada presión por si le despertaba. Al fin y al cabo, había sido él el que había cuidado de ellos anoche. No lo recordaba, cierto, pero estaba seguro de que así había sido, como venía siendo rutina desde hacía años. El cantante frunció el ceño débilmente, y aspiró ruidosamente por la nariz antes de abrir por fin los ojos para mirarle. Frank le sonrió con cariño, y se inclinó para besarle como ‘buenos días’. No pretendía darle ningún tono de erotismo al beso, pero no pudo evitar intensificar su juego con la lengua a medida que pasaban los segundos, acariciándole a su vez los hombros y el pecho. El gesto fue correspondido con un breve gemido por parte de Gerard, que, con parsimonia, fue librándose de la manta que separaba su cuerpo del de su amigo hasta quedar finalmente a merced de su tacto.
No tardaron en cambiar el recorrido de las caricias y proyectar sus manos hacia los pantalones del otro, ni tardaron en rodar por el colchón para frotar sus cuerpos entre sí. Antes de que ninguno se diese cuenta, los finos pijamas yacían en el suelo de la habitación.
- Esto no querías dármelo ayer –jadeó Frank contra su cuello al recordar de pronto los frustrados intentos por su parte de la noche anterior.
- Tenías que verte. Si hubiera sido por ti, lo habríamos hecho en el taxi… con taxista y Bob como espectadores.
El guitarrista rió mientras descendía por el abdomen de Gerard, abriendo un camino de saliva con la punta de la lengua, y deteniéndose a morder y lamer el ombligo. Notó con regocijo cómo el pecho de su amigo comenzaba a subir y bajar cada vez más rápido, alterándosele la respiración hasta convertirla casi en jadeos continuos. Cuando llegó a la xxxx que tanta atención parecía necesitar, le sonrió de lado y le cogió de la mano, dejando una libre para rozar levemente su xxxx con la yema de los dedos. Apenas ese pequeño gesto hizo estremecerse al vocalista, el cual se mordió el labio inferior con fuerza para reprimir un gemido. Sentía todas sus terminaciones nerviosas concentradas en ese punto, ese punto del que ahora se estaba encargando Frank por completo con su boca. No sabía si sería capaz de aguantar mucho, dado el tiempo que habían pasado sin hacer nada, pero la decisión la tomó su amante por él al parar sus malabarismos de forma repentina. Tenía los labios enrojecidos y le observaba con las pupilas nubladas por la excitación; durante unos segundos, Gerard sintió ganas de lamer el sudor que comenzaba a perlar la piel de su cara, y antes de poder controlar su instinto, se vio succionándole la mandíbula y marcándole con diversos chupetones.
Mientras se fundían en un beso salvaje, la mano del guitarrista volvió a bajar hasta más abajo del vientre del cantante para acariciar rítmicamente el trabajo que había dejado sin hacer, y justo después de un electrizante latigazo que le recorrió la columna vertebral con morboso placer, Gerard echó la cabeza hacia atrás y lanzó un fuerte gemido ronco al techo del cuarto.
___________________________


- ¿A qué hora llegasteis? –le preguntó Charley a Mikey sonriendo cuando este apareció en la sala de estar con unas marcadas ojeras bajo los ojos.
- Sobre las… -bostezó- cinco de la madrugada. Cinco y media.
- Vaya par hay que tener para salir de fiesta la noche antes de un viaje de trece horas en avión.
- El vuelo sale a las doce de la noche, tenemos todo el día para dormir. Deberías haberte venido.
- No –rió la joven- Créeme, conozco mis limitaciones, y te aseguro que no habría llegado viva a América para entonces.
- No creas que vas a librarte a la próxima –sentenció mientras se sentaba pesadamente en una butaca junto a ella- Te ataremos todos si hace falta.
- ¿Siguen durmiendo?
- Supongo. Como debería estar haciendo yo.
- ¡Pero son las cuatro de la tarde! Dios, pobre Gerard.
- El peor parado fue Frankie, se excedió demasiado. Tendrá suerte si consigue levantar un palmo la cabeza.

139ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:34 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

Aquí sigue el 34...

___________________________


- Lo siento, he sido un poco brusco ¿no? –jadeó Frank unos minutos después de haberle hecho el amor a Gerard por segunda o tercera vez. Ambos yacían tumbados boca arriba en la habitación, tratando de calmar las respiraciones después de una mañana tal vez demasiado apasionada.
- Bueno, al menos se ve que no te ha afectado la resaca.
- Perdona –murmuró girándose y besándole en la mejilla- ¿Te he hecho daño?
- No pasa nada, creo que tengo más doloridas las muñecas de tenerlas atadas al cabecero durante media hora.
- He apretado demasiado el cinturón ¿verdad? –rió suavemente junto a su oído- Llevaba demasiado tiempo sin tocarte.
Gerard sonrió de medio lado y se incorporó hasta quedar tendido sobre el cuerpo de su amigo. Le besó castamente en las comisuras de los labios, rozando su piel con la nariz y respirando sobre su boca.
- ¿Qué tal si bajamos con los demás?
- Si, ve tú, ahora bajo yo. Creo que voy a llamar… a alguien.
El vocalista asintió sonriente y volvió a besarle antes de levantarse para buscar su ropa. En cuanto se hubo terminado de vestir y se encaminaba ya hacia la puerta, un extraño malestar se le instaló en el estómago. Era un mal presentimiento por el tono en el que su amigo había dicho esa última frase.
- ¿A quién vas a llamar?
- A… -Frank le miró, incómodo, y carraspeó- Bueno, a Jamia.
- ¿A Jamia? –repitió abriendo los ojos desmesuradamente- ¿P-Por qué? ¿Para qué, quiero decir?
- Pues… verás –vaciló mirándose las manos nervioso- Te va a parecer una tontería, pero la verdad es que ayer… esperaba su llamada, si te soy sincero.
Gerard tuvo que acordarse mentalmente de respirar.
- ¿En serio que la esperabas? –dijo entonces con una voz más aguda de lo habitual.
- Sí. No lo sé, suponía que en todo este tiempo se le habría pasado el rencor que me pudiese tener y sería capaz de llamarme.
- ¿A ti se te ha pasado el que le tienes a ella, acaso?
- He olvidado un gran porcentaje, sí –se quedó callado unos segundos, con el ceño fruncido- Pensé que sería una oportunidad, una excusa para que hablásemos, ¿no te parece? Y la verdad, me parece un poco sobrado que se mantenga tan fría todavía, no viene a cuento ya.
- Se le puede haber olvidado –contestó el vocalista con la lengua completamente seca. No se había dado cuenta de que sus ojos seguían demasiado abiertos. Parpadeó confuso.
- Ni de coña, tío. En fin, –susurró- ahora te cuento ¿vale? Ve con estos.
Se levantó ágilmente y caminó desnudo hacia la silla donde había dejado tirada la sudadera la noche anterior. Rebuscó en los bolsillos hasta encontrar el móvil y se quedó contemplando la pantalla, pensativo, bajo la mirada de Gerard. Éste cerró los ojos y pasó su mano por el pelo, buscando las palabras para empezar lo que sería una conversación un tanto complicada con el guitarrista. Solo esperaba que no se lo tomase a mal. Demasiado mal, al menos.
- Escucha, Frank…
- Estoy llamando ya, Gee –le interrumpió llevándose el teléfono al oído. Le sonrió un tanto pálido y le dijo-: Espérame abajo ¿vale?
- No no, cuelga un momento, esper…
- Deséame suerte –le murmuró al oído después de darle un suave beso en los labios.
El cantante bufó exasperado en cuanto su amigo le dio la espalda. ¿Debía irse? No creía que fuera a ser muy agradable estar presente en el momento en el que Frank se enterase de lo que le habían hecho. Abrió la puerta, indeciso, y volvió a mirar atrás. Con un chasquido de la lengua, recordó las palabras de advertencia de Bob y absolvió salir a informar a los demás. Al fin y al cabo, si alguien tenía que comerse la bronca, que fuesen todos los implicados juntos, para poder aplacar su enfado con más facilidad.
Salió del ascensor como si tuviese un petardo en el culo y corrió hacia la sala de estar. No estaban en las habitaciones, por lo que había deducido que se encontrarían allí, como siempre, de reunión informal. Nada más llegar a la salita, giró la cabeza a un lado y a otro mirando en derredor hasta localizarles, y corrió de nuevo cuando los vio apoltronados sobre el sofá del final. La primera en verle fue Charley, que le sonrió como saludo.
- ¡Está llamando a Jamia, JODER! –gritó sin pararse a tomar aliento. Todos saltaron de sus asientos y se giraron para mirarle. Todos menos Bob, que cogió una revista y comenzó a ojearla con una parsimonia indiferente.
- ¿Ahora? –exclamó Mikey dejando abierta la boca- ¿Pero por qué le dejas?
- ¡Y qué coño le digo! ¿Le quito el móvil y le suelto que emite radiaciones y que no es sano?
- ¡Habérselo escondido, joder, no era tan difícil!
- ¿Qué hacemos ahora? –interrumpió Ray- No entraba en los planes que se enterase, precisamente.
- ¿Pero qué cojones pasa? –intervino la enfermera, asustada- ¿Quién es Jamia?
- Jamia es la ex-novia de Frank –murmuró el batería sin levantar la vista del catálogo- Resulta que le mandó ayer un mensaje para felicitarle el cumpleaños, y estos se lo borraron para que no lo leyera.
- ¿A propósito? ¿Y por qué hicisteis eso?
- Es algo que también me pregunto yo, sí.
- ¡¡¡GERARD!!! –se oyó una voz detrás de ellos.
Todos se giraron a tiempo de ver al guitarrista dirigirse con las mandíbulas y los puños apretados, hacia donde ellos se encontraban. Su cara se mostraba teñida de un tono ligeramente rojo, y el ruido de su respiración no les hizo presagiar nada bueno.

140ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:39 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

Este capítulo se divide en dos partes, es bastante largo.
Quise hacerlo bien, porque es complicado y demasiado especial para mí :]


capitulo35, primera parte


Bien. Jaja. Esto, genial. La había cagado, definitivamente. Frank se ha enterado de nuestra maravillosa idea de borrar el mensaje de Jamia. ¿Qué digo maravillosa? Espléndida, perfecta. Hay que joderse. Su cuerpo reaccionó como un robot mecanizado cuando su amigo se acercó furioso hasta donde estaba él, con una cantidad demasiado alta de testosterona en la mirada. Vamos, que podría considerarse afortunado si no salía de la sala con una mejilla morada. Contuvo la respiración a la espera de ver un puño acercándose a su cara, pero no sucedió nada, Frank se hallaba parado frente a él, respirando pesadamente como si hubiese corrido diez kilómetros sin descanso. El salón pareció sumirse en un silencio sepulcral. Qué ironía, en un sepulcro es donde vamos a acabar todos. Oh, cállate cerebro.
- Sube –susurró Frank entre dientes sin dejar de apretar la mandíbula.
- Eh… -Gerard carraspeó y miró a su alrededor buscando ayuda en las caras de sus compañeros, pero ninguno parecía reaccionar. ¿Es que nadie iba a dar la cara con él?- Sí. Bien.
Como si hubiesen presionado un botón, los músculos de sus piernas se pusieron en marcha por él de forma autómata. Bajó la cabeza para no tener que soportar la maldita tensión que emanaba de los ojos de su compañero, y caminó hasta llegar al ascensor. Pensaba que aquella vez en la que había tenido que dar calabazas a una chica de su clase disfrazado de Peter Pan había sido el momento más incómodo de su vida, pero este horriblemente silencioso trayecto que hicieron hasta la habitación pasó a encabezar la lista sin lugar a dudas. Cuando la puerta se cerró tras él y sintió unos pasos acercarse sigilosamente por su espalda, llegó a temer por la salud de su sistema nervioso.
- He hablado con Jamia –dijo entonces Frank con una gélida sonrisa en sus facciones.
- Oh.
- Sí, ha sido una conversación… reveladora, cuanto menos. No esperaba el resultado que he tenido, si te soy sincero.
- Ya –el vocalista solo lograba salvar de su cerebro algunos monosílabos que alguna vez había aprendido a lo largo de su vida. O eso creía. Lo cierto es que el hecho de que su amigo no parase de dar vueltas alrededor suyo no le facilitaba los recursos dialécticos.
- ¿No quieres saber de qué me he enterado? –silencio- Bueno, te cuento. Recuerdas que te he dicho que esperaba su llamada ayer, ¿no? Señales de vida, vaya. ¿Pues a que no adivinas qué? ¡RESULTA QUE SÍ QUE LAS DIO! ¿No es gracioso? Oh, ¿por qué me miras así? Vaya, pensé que te haría gracia. ¿No te la hace?
- No.
- Vaya… -Frank simuló rascarse la barbilla decepcionado- Pues para haber hecho tú la broma, ya podrías haberla hecho de modo que nos riésemos todos.
- Vale. Antes de que sigas: LO SIENTO.
- ¿El qué, exactamente? ¿El haberme puesto en ridículo dejando que llamase a Jamia con esas ideas de ella en la cabeza? ¿Haber borrado el mensaje que me dejó ayer? ¿Haber desconfiado deliberadamente de mí? ¡No te sigo, lo siento!
- ¡Joder! Todo. Siento todo, lo he hecho fatal, ¿te crees que no lo sé?
- Una pregunta –interrumpió con un suspiro exasperado- ¿Pensabas contarme en algún momento la verdad?
- Pues… ah, no lo sé. Creo que no, no habría tenido mucho sentido decírtelo un mes después. No lo sé, Frank –terminó dejando caer sus hombros- Pero lo siento de veras. Nosotros… -paró en seco. ¿Hasta dónde debía involucrar a los demás? En fin, él no había borrado el mensaje, al fin y al cabo, pero había formado parte de la ‘conspiración’, y mentiría si negase que se había sentido profundamente agradecido con Ray por haber hecho el trabajo sucio por él. Pero no sería muy noble delatarles. Estaba claro que saldría a la luz la colaboración de sus compañeros en el asunto tarde o temprano, y era obvio que Frank no iba a escuchar la explicación tan larga que debía darle, por lo que le tocaba comerse el marrón él solo. Y lo peor es que sabía que se lo merecía- Osea, yo, pensé que era lo más apropiado.
- Lo más apropiado para quién, Gerard, ¿para mí? ¡Vaya, lo hiciste pensando en mí, pero qué bonito! ¿no es eso? ¿O lo hiciste por ti?
El guitarrista dio una patada a la silla que tenía más cerca, levantándola varios centímetros del suelo.
- ¿ES ESA TU EXPLICACIÓN, ENTONCES?
Gerard sintió que se le mudaba la sangre del rostro. Hacía tiempo que no veía a Frank de esa manera, y los recuerdos de aquella última vez le contrajeron el estómago al evocar en su mente las imágenes de cuando cortaron… por primera vez. ¿Era eso lo que iba a pasar? ¿Había sido esto la gota que había colmado el vaso aparentemente inagotable de su amigo? Sin duda, todas las personas tenían un límite de paciencia, y Gerard podía considerarse el que más había puesto a prueba dicho límite con sus inseguridades y actitudes. Era razonable que algún día se rompiese la cuerda de tanto tirarla. ¡MIERDA! Sabía que esa mujer acabaría acarreando problemas a su ya de por sí inestable relación con Frank. ¿Por qué tenía que haber desconfiado OTRA VEZ y joderlo todo de esa manera? El guitarrista tenía motivos lo suficientemente sólidos como para dejarle en ese mismo momento, pero estaba dispuesto a pedirle perdón de rodillas si hacía falta, e incluso estaba dispuesto a llamar a la misma Jamia y pedirle perdón a ella. Por favor. Sólo necesitaba un gesto más calmado por parte de su amigo. Una expresión más suavizada. Por favor, sólo necesitaba saber que todo iba a ir bien.
Frank bufó con el ceño fruncido, y en dos zancadas cruzó la habitación y llegó hasta la puerta. El portazo que retumbó contra las paredes paró el mundo de Gerard por dos segundos.

_________________________


Bob caminaba por el silencioso pasillo en dirección a su cuarto. Creía haber oído una puerta cerrase con brusquedad justo por la esquina a la que se estaba dirigiendo. ¿Era posible que…? Bueno, los problemas entre Frank y Gerard no eran asunto suyo. Había intentado persuadir al vocalista de que no se metiese en los asuntos de su amigo, que eso sólo le traería problemas, pero su innata inseguridad había vencido una vez más.
Reprimió un taco cuando una silueta chocó contra él al doblar el recodo. Vaya. Era Gerard. Le asustó el gesto que descomponía su cara, y no pudo evitar imaginarse la escena que debía haber tenido lugar hacía un minuto. El cantante le miró con las pupilas veladas por una membrana de lágrimas a punto de precipitarse contra sus mejillas, y le sonrió quedamente a modo de saludo.
- ¿Tan mal ha ido? –preguntó el batería a regañadientes. Seguía pensando que se merecía en parte lo que fuera que le hubiese dicho Frank.
- ¿Y eso qué más te da a ti? Tenías razón, al fin y al cabo, si era eso lo que querías demostrar.
- ¿Sabes? –dijo mientras su amigo se alejaba de él por la dirección opuesta. Éste se dio la vuelta para escucharle- No te entiendo en absoluto, Gerard. Y mira que lo intento, pero no logro comprender porqué actúas así. Eres la contradicción personificada; tu boca dice cosas muy bonitas que quedan en evidencia cuando entran en la partida tus miedos.
- Gracias por el veredicto, doctor Freud. ¿Cuánto le debo por la sesión?
- Es un consejo gratis.
- Bien, pues guárdatelo para los libros de autoayuda. No necesito que comente mi relación alguien que no se la ha tomado nunca en serio.
- ¿Pero de verdad quieres que me crea una relación en la que no confías ni tú?

El vocalista reprimió un jadeo y entornó los ojos inconscientemente intentando asimilar el comentario de su compañero, que le observaba con el ceño fruncido evaluando su reacción. El batería torció la boca y se dio la vuelta sin añadir ni una palabra más.
Gerard intentó carraspear para suavizar el nudo que tenía en la garganta de contener tanto las lágrimas; le dolía de veras la faringe, y ningún hecho parecía querer contribuir a una mejora de su ánimo. Parpadeó confuso durante un par de segundos, ¿qué podía hacer ahora? Sentía una terrible necesidad de chillar, y quería un plan que le librase de toda compañía posible, por lo que volver a bajar a la sala quedaba eliminado de la lista. No iba a engañarse, ya no había más donde elegir: absolvió subir a su habitación para encerrarse allí. Con un poco de suerte, se lo dejarían olvidado.

_______________________


No entendía todavía qué era lo que estaba haciendo. Su cerebro actuaba sin un ápice de duda, pero sus piernas temblaban ante lo que estaba intentando llevar a cabo. Sus ojos eran meros espectadores de una película de terror, y ni siquiera entendía porqué había comprado esa entrada. Estaba reavivando sus pesadillas, su etapa más oscura, sin objetivo conciso alguno. ¿O sí tenía todo aquello una finalidad? ¿Tal vez llamar la atención de…? Joder, no, eso era demasiado retorcido. Ni siquiera tenía intención de que los demás se enterasen. Pensaba salir del cuarto cuando hubiera pasado el temporal, tenía varias horas por delante hasta las doce. De hecho, quitando las dos horas que tendrían que pasar esperando en el aeropuerto, le quedaban seis de ocio. Era, simplemente, su única terapia de amnesia. En su fuero interno sabía que cuando se fuese el efecto se sentiría aún peor, pero se tranquilizaba con el embuste de pensar en que eso era física y emocionalmente imposible.
Su cara se transformó en una máscara de amargura al ver aquellas pequeñas botellas de líquido ambarino en el mueble-bar del cuarto. Ahí estaba él, en cuclillas, intentando reprimir los temblores que le impedían alargar las manos para cogerlas. Era una decisión terrible, como mínimo, para tomarla a la ligera. ¿Cuáles serían las consecuencias, después de cinco años? ¿Sería una borrachera normal y corriente, tendría efectos peores cuando su cuerpo recordase aquel líquido en su estómago? Miró alrededor y contempló el panorama de su habitación: la bandeja con la comida que apenas había probado, las sábanas usadas sobre la zona hundida del colchón donde minutos antes había estado su cuerpo. Era realmente deprimente, no le ayudaba en absoluto a aplacar el frío del pecho. Tampoco le ayudaba que nadie le hubiese llamado para saber cómo habían ido las cosas, aunque era probable que Bob hubiera intervenido en eso.
Cerró los ojos al tiempo que suspiraba. Estiró el brazo y cerró los dedos en torno al cuello de la botella más cercana. Bien, no había sido tan difícil. Desenroscó el tapón torpemente y se inclinó para oler la esencia. Joder, le habían venido dos arcadas seguidas, y ahora sentía la boca llena de saliva ácida. Definitivamente, el cuerpo le estaba pidiendo a gritos que dejase aquello donde estaba y se acostase las seis horas que le quedaban de tarde sin hacer el imbécil. Pero ciertamente, echaba de menos… aquella sensación. Probablemente era lo único que había echado en falta en esos años de abstinencia: el sentimiento de libertad emocional. Para bien o para mal, el alcohol te sacaba lo de dentro mejor que un psicólogo puesto que te desinhibía de complejo alguno. Podías pasártelo como nunca, o podías llorar hasta quedar exhausto, y en fin, ahora necesitaba sacarse toda la mierda de dentro. Estaba decidido.
Se llevó la botella a la boca y, conteniendo la respiración, pegó un trago.

_______________________



Eran las 20.11, aunque por el estado del cielo, bien podría haber sido alguna hora cercana a la madrugada. Gerard se encontraba en la terraza de la habitación, absorto en pensamientos incoherentes y entrelazados entre sí que le recorrían la mente como un torrente imparable. Era una contradicción de sentimientos los que le estaban atacando, dudaba de que pudiera expresarlos de forma concisa si le preguntasen en ese momento qué le pasaba por la cabeza. Era una mezcla ininteligible de… vergüenza por haber perdido de ese modo su dignidad, y con ella su autoestima, cansancio por haber estado llorando durante tres horas y media sin poder controlarse, y náuseas que tardaban más tiempo del normal en desaparecer. Y, sumado a todo aquello, no podía dejar de recordar una y otra vez la discusión con Frank y sus terribles consecuencias, el comentario de Bob, las caras que pondrían sus amigos y su hermano si se enterasen en algún momento del error que había cometido, la traición que había hecho a las personas que habían confiado en él…
Pero un ruido interrumpió sus pensamientos. La puerta estaba siendo abierta por alguien. Era imposible, ¿quién tenía copia de su llave? ¡Oh… MIERDA! Frank. ¡FRANK! Antes de que pudiese reaccionar, la silueta del guitarrista apareció bajo el marco. Contuvo la respiración, parado en el sitio sin moverse un ápice con la esperanza de que, al estar la luz de la habitación apagada, pensase que no se encontraba allí. Pero Frank encendió el interruptor, y su mirada se posó inmediatamente en el mueble-bar abierto. El vocalista cerró los ojos para no ver su expresión, y esperó a que algo, cualquier cosa, ocurriera.
- ¿Gerard? –dijo su amigo al percatarse de su presencia en la terraza- ¿Qué haces?

Buena pregunta. ¿Qué podría responder? Levantó la vista pese a que la luz le molestaba por haber estado tanto tiempo a oscuras, y al fruncir el ceño, sintió la cara pegajosa y tirante por las lágrimas resecas. Descubrió con sorpresa que aún tenía los sentidos unas milésimas de segundo retardados, ¿cómo era posible? Había dejado de beber hacía una hora.
- ¿Qué haces en la terraza?
- Na-nada –contestó con la voz ronca- Es… bonita la vista a estas horas.
- Estábamos preocupados por ti, no te vemos desde hace horas –murmuró agachándose de forma distraída para observar el contenido del mueble-bar. En el escaso segundo en el que tardó en ver y entender que estaba vacío, y lo que eso implicaba, su cuerpo sufrió un cambio. Los hombros se le pusieron rígidos, y su respiración pareció detenerse unos instantes mientras sus ojos se abrían notablemente- ¿Qué…?

Frank volvió con brusquedad su cara hacia él, y Gerard supo que llegados a este punto, ya no había marcha atrás. Suspiró ante lo que se avecinaba, de veras no sabía cómo abarcar el asunto sin que cundiese el pánico, y el interrogante que brillaba en las pupilas de su amigo le decía que no iba a ser fácil conseguir eso. Estaba claro que el guitarrista iba a poner el grito en el cielo, así que no era cuestión de que se alterase él también, debía mantener la calma.
- ¿Qué significa esto? -susurró su amigo con un hilo de voz que apenas pudo percibir desde la terraza.
- Pues… -Gerard se incorporó con las piernas agarrotadas y se tambaleó unos momentos hasta que consiguió enderezarse. No sabía decir cuántas expresiones juntas había en el rostro de Frank, no se sentía sobrio todavía, aún estaba torpe de reflejos. ¿Qué tocaba decir ahora?



Última edición por Landa el Mar Dic 23, 2008 6:47 am, editado 1 vez

141ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:44 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

capítulo35, segunda parte


No tuvo que pensar la respuesta, porque su amigo se incorporó de un salto y comenzó a pasear la vista con frenesí por toda la habitación, buscando indicios que le confirmasen sus sospechas. No parecía haber nada que llamase especialmente la atención, simplemente estaba todo desordenado, como era habitual en Gerard: la maleta desecha, la bandeja de la comida en la mesilla de noche, las sábanas arrugadas al pie del colchón, un charco de algo en la moqueta que conducía hacia la puerta de la terraza… oh. Caminó en dirección al balcón siguiendo un instinto inconsciente, y apartó al vocalista de un codazo. Reprimió un jadeo: allí estaban todas las botellas. Contó tres a primera vista; no medían más que una mano, pero estaban todas vacías.
- ¿Qué significa esto? –repitió con la garganta comprimida- ¿Te las has bebido tú solo?
- Son… en realidad una se me ha derramado, y apenas tienen nada, no pienses que… No pasa nada. Sólo hoy, Frank, no te alarmes.
El guitarrista forzó una sonrisa petrificada mientras tensaba los músculos de los brazos. Sin previo aviso, dio una zancada hasta plantarse delante la botella que tenía más cerca para cogerla y examinarla, y entró de nuevo en la calidez del cuarto, cerrando la puerta corrediza de la terraza tras él.
- Eh… Gerard, ¿puedes…? –se paró en seco para comenzar a respirar profundamente, mientras dos gruesas venas comenzaban a sobresalirle en el cuello y la sangre comenzaba a agolparse en su rostro, tiñéndolo de rojo. Al vocalista se le asemejaba a una bomba con un cronómetro en marcha haciendo la cuenta atrás para explotar- ¿Puedes explicarme de qué coño va esto?
- Frank, tranquilo –balbuceó, asustado por la fuerza con la que su amigo apretaba las mandíbulas para no gritar.
- ¡¿TRANQUILO?! –arrojó la botella con toda la fuerza de la que fue capaz, haciéndola estallar en mil pedazos bajo el estrépito del golpe en la pared. Gerard dio un grito breve y se encogió como un animal asustado cubriéndose con las manos para que no le alcanzasen los trozos de cristal. Frank le cogió de las solapas de la chaqueta y le estampó contra la puerta de cristal que daba al balcón- ¿POR QUÉ RAZÓN PODRÍA ESTAR TRANQUILO? ¿ME PUEDES DAR UNA RAZÓN LO SUFICIENTEMENTE CONVINCENTE COMO PARA ESTAR TRANQUILO EN ESTOS INSTANTES, GERARD?
- ¡Ah, me haces daño…! –gimió con el llanto a punto de desparramarse por su cara. Nunca se había asustado tantísimo con su compañero, se sentía petrificado y con la mente en blanco. Tenía un nudo agonizante en la garganta que palpitaba al ritmo descontrolado de su corazón, y con la voz quebrada intentó continuar-: Suelta, me estás haciendo daño en el cuello. Por favor.
- ¡Explícame sólo porqué! – bufó soltándole las solapas de golpe y empujándole contra la pared.
- He-he pensado que por dos tragos no iba a pasar nada. No tenía intención de que me vieras…
- ¡Oh! Eso me deja mucho más tranquilo, claro que sí. El pensar en el hecho de que pretendías emborracharte aquí sólo hasta acabar tirado por los suelos y vomitando ¡es algo que me entusiasma!
- No iba a llegar tan lejos.
- TE HAS SOPLADO TRES BOTELLAS, ¿QUÉ ES LLEGAR LEJOS PARA TI?
- En realidad dos, y por el tamaño es como… una sólo –Frank resopló y comenzó a masajearse el puente de la nariz mientras paseaba sin rumbo por la habitación.
- Si esto es una broma por los Santos Inocentes, por favor termínala en estos momentos –susurró con la voz quebrada.
- ¡Llevo cinco años en los que lo máximo que he bebido ha sido una copa de sidra en una fiesta!
- ¡¿Y tu plan es echarlo todo por la borda?! ¡Pues magnífico, Gerard! ¡Tira a la puta basura el esfuerzo de los horribles primeros días de abstinencia que pasaste tirado en una maldita cama de un hospital, delirando y vomitando! ¡Y los días que pasamos NOSOTROS!
- No intento tirar por tierra todo aquello.
- Entonces, ¿qué intentas? –exclamó parándose en seco y abriendo desmesuradamente los ojos- ¿Te crees que esto es un juego, que puedes retar a la suerte volviendo a algo que sabes que te costó casi la vida dejarlo? ¡Joder! ¿Llevas cinco años sin necesitarlo, y lo necesitas ahora? ¿Por qué? ¿POR QUÉ?
- ¡No voy a recaer por esto!
- Oh, ¡basta! BASTA YA, GERARD. No soy capaz de asimilar esto, es… es demasiado como para digerirlo de golpe. Jamás pensé que volverías a hablarme con el aliento apestando a ron. No puedo más, estoy HARTO de este tipo de situaciones. ¡Estoy harto de la vida que tú mismo te creas a partir de tus problemas! –gritó con los ojos aguados llenos de la más profunda decepción- Lejos de intentar sobrellevar las putadas de la mejor manera posible para no hacerte la vida más difícil, ¡creas más problemas! Tú decides ponerte las cosas más insoportables, ¿para ver cuánto aguanta tu cabeza, quizás? ¿O para ver cuánto aguantamos los demás? ¡VENGA, CLARO QUE SÍ, PONTE A BEBER! Te ha costado años reponerte, nos ha costado a todos varias crisis nerviosas y sacrificios personales, y tú haces como si diera exactamente igual, obviando los esfuerzos que hacemos todos por construirte una realidad mejor.
- ¡No, no es así! –exclamó contrariado. Estaban saliendo a la luz los comentarios a los que tanto temía, ya que realmente no tenía respuesta justificable para ellos. Todos los motivos que había visualizado con tanta lógica para ponerse a beber hacía dos horas se difuminaban como humo entre las manos- Es-estoy vivo gracias a vosotros, no hay reencarnaciones posibles para compensaros todo lo que habéis tenido que aguantar por mí, y sé que cargáis con mis problemas para que se me haga todo más llevadero, pero… simplemente, es un golpe detrás de otro. ¿No tengo derecho a evadirme por unas horas?
- ¿Y no tengo yo también problemas, joder? Que parece que aquí el único al que le van del revés las cosas es a ti, cuando todos los demás tenemos preocupaciones. Entiendo que no veas nuestros problemas a la altura de los tuyos, pero por lo pronto, te comento que la clínica aún está esperando mi respuesta sobre si jugarme la vida en una operación a pulmón abierto o no, que a Charley le ha denunciado el hospital de donde la sacamos por incumplimiento de contrato, que tu hermano vuelve a tener un bajón depresivo porque la medicación sólo se la pueden dar en América, y así un largo etcétera. ¡Todos tenemos cosas por las que echarnos a llorar! ¡Y también son cosas por las que levantarse todos los días, hasta acabar con ellas! ¿Es que acaso estás solo en esto? ¿Cuántas veces te lo he repetido, y cuántas quedan para que lo entienda tu puta cabeza? ¿Y qué te crees, que no sé que lo que has hecho es por mi culpa?
- Yo jamás he dicho eso.
- No con palabras –sentenció abarcando con un gesto amplio del brazo las botellas que se encontraban tiradas en el suelo de la terraza- Soy únicamente yo la razón por la que te has deprimido, la razón de que estés así. Y te ha dado exactamente igual qué efecto pudiera tener en mí el hecho de verte en este estado –estalló dando vía libre a todo el llanto que se afanaba en salir- ¡Pues de puta madre, Gerard, no puedes conseguir que me sienta más miserable!
- Frank, no…
- Si querías que me enterase de tu hazaña, bravo, pero que sepas que esto –dijo señalando los pedazos de botella que se extendían por la moqueta- me va a pesar durante toda mi puta vida. Muchas gracias, Gerard. Gracias de corazón por hacerme más amarga la existencia.
- ¡PERO MIERDA, TÚ NO TIENES LA CULPA DE ESTO! ¡De hecho, si no fuese por ti estaría perdido a estas alturas!
- ¿Ah, sí? Pues yo no veo señal alguna de haberte hecho ningún bien, más bien todo lo contrario. Me suenan vacías esas palabras, ¿me puedes decir de qué coño te han servido mis intentos de ayuda, si tú no haces más que buscar otro medio por el que joder las cosas? Cinco años viéndote como un modelo a seguir, digno de mi más absoluta admiración… el que se preocupaba cuando era yo el que bebía, el que tenía miedo de que me pudiese pasar algo cuando salía. El que me decía que era inútil beber. Me… ¡me hiciste ver que el alcohol no hace sino aumentar los problemas! ¡No los soluciona, no es un duende que haga las labores por ti mientras duermes! ¿Cómo crees que me siento al ver de esta forma al que me sirvió como ejemplo? Tú me ayudaste a dejar de beber por despecho, y ahora lo acabas de hacer. ¿Cómo he de interpretar eso?
- Para, por favor –suspiró Gerard. Se encontraba repentinamente agotado, quizás con unas décimas de fiebre, pero quería hablar antes de que la conversación quedase zanjada- No te molestes en decirme más cosas de este estilo, porque ya me las estaba diciendo YO antes de que entraras por sorpresa en la habitación. Me siento como una mierda, como un perdedor absoluto sin personalidad ni valores, y te lo digo con toda la sinceridad que me da el alcohol. Soy un inútil. Si tú te sientes decepcionado, prueba a ponerte en mi lugar por cinco segundos, prueba a ver si soportas la idea de haber hecho tan mal las cosas, una detrás de otra. Es probable que hubieses hecho lo mismo que yo, pero la diferencia es que a ti no te pesará nunca la conciencia por ello, pese a que está igual de mal. Por la simple razón de que yo ingresé en una clínica hace cinco putos años, y tú no. Y te digo otra cosa, Frank: tú también deberías haber ingresado, tú también estuviste al borde de todo durante una temporada demasiado larga. Y sin embargo te sigues exponiendo y no sientes la presión de millones de personas que te observan esperando a ver si cometes el mismo error. Y si yo he estado para ti en todos esos momentos de dejadez tuya, ¿por qué no devolverme el favor por UNA MALDITA VEZ?

El guitarrista guardó silencio por unos segundos mientras se secaba la cara con la manga, reflexionando, para sorpresa de Gerard, sus palabras. Tras suspirar profundamente un par de veces, habló con la voz débil
- Soy incapaz de soportar que nuestra discusión haya sido el motivo de todo esto. Por eso no puedo ayudarte, porque no puedo estar cerca, es demasiado… es… a veces pienso que habría sido mejor si nunca hubiera entrado en tu vida de esta manera, si nunca hubiera habido nada más allá de la relación que habíamos tenido hasta ahora.
- Es un poco tarde para eso, y ni se te ocurra lamentarte ahora porque, te lo puedo asegurar, sigues siendo lo mejor que me ha pasado. La decisión de beberme esta botella ha sido mía, independientemente de nuestra ruptura. Si no hubiésemos roto, es probable que hubiese buscado otra excusa.
- ¿Nuestra ruptura?
- No es necesario rememorar la escena, en serio, ya he tenido bastante con dejarlo contigo una vez, no hace falta todo esto –murmuró frotándose la frente, cada vez más agotado- Sólo necesito… descansar. Dormir las horas que nos queden aquí y pasar página de una vez. Odio este maldito día.
- Pero no lo entiendo, ¿qué quieres decir con que ya lo has dejado conmigo? ¿Cuándo lo hemos dejado?
- ¿Me estás tomando el pelo?
- ¿Crees que estoy de ánimos para hacerlo?
- Pues… vamos a ver, Frank, la discusión de esta tarde dejaba bien claro qu…
- Oh. ¿No pensarás que…? OH.
- ¿Qué?
- ¿Tú… pensabas que… la discusión que hemos tenido por la tarde significaba eso?
- ¡Claro! ¿Me estás diciendo que no has roto conmigo?
- ¡No recuerdo habértelo dicho, por lo menos! ¡Por Dios, Gerard, no me lo puedo creer! –ahora parecía mirarle con expresión divertida- ¿Todo este lío ha sido… por eso? ¡Vaya! –rompió en carcajadas.
- Esto es inaudito, ¿qué es lo que tiene tanta gracia?
- Perdona, perdona. Es solo que… -contuvo una sonrisa a duras penas- …no me puedo creer que hayas hecho esto por mí. Quiero decir, que pensé que te habías pillado la borrachera por la simple pelea, ¡no porque pensases que no estábamos juntos!
- Pero yo… uh. Después de lo que hice y de cómo te lo tomaste, lo vi casi natural.
- Realmente no lo hiciste tú, supongo. He hablado con estos, me lo han contado todo y… -se rascó la nuca- bien, no nos engañemos, es muy probable que de no haber encontrado a Ray y Mikey por el pasillo hubieses borrado tú mismo el mensaje, pero… creo que agradezco que pidieses opinión primero. Venía en son de paz a la habitación, quería tu explicación y solucionarlo, porque no quería volver a América enfadado contigo.
- Vaya escena te he ofrecido de bienvenida entonces –sonrió. Su amigo le miró tranquilo, tal vez más sosegado, aunque no alcanzaba a entender porqué. Quizás se había sentido conmovido de que fuese capaz de llegar a ese extremo por él. Ni lo sabía, ni estaba en condiciones de pensarlo con demasiada claridad. Lo único que podía darle era lo que había venido a buscar: una razón para lo de Jamia- Y lo peor es que mi motivo para lo del mensaje es tan pobre como que sentí miedo.
- ¿De qué?
- De que al aparecer ella de nuevo con tan buenas intenciones se te olvidase todo lo que te había llevado a decidir cortar con la relación que teníais. Por melancolía, por lo que fuera, yo qué sé.
- ¿Puedo hacerte una pregunta, Gerard? –murmuró Frank quedamente. Vaya, definitivamente se habían acabado los gritos.
- Dispara –contestó bajando la mirada a los pies.
- ¿Te quiero?

La pregunta chocó sin sentido en los oídos del vocalista y rebotó en las paredes del cuarto, esperando una contestación. Desde luego, no era eso lo que esperaba oír. Alzó la mirada y observó la actitud impasible de su amigo, con las manos en los bolsillos y el gesto relajado.
- ¿Cómo?
- Ya me has oído.
- ¿Que si me quieres? Osea, ¿tú a mí? –el guitarrista asintió- Pues, esto… sí, ¿no? Bueno, o por lo menos eso dices, eh… no sé. Supongo. No lo sé –suspiró- Aunque me imagino que después del numerito de hoy, no.

No obtuvo respuesta, Frank se limitaba a mirarle sin pestañear. Gerard intentó escrutar su expresión, pero no conseguía entender porqué emanaba frialdad. ¿Qué quería decirle con esa pregunta, era una forma de decirle si acaso había motivos ya para que le quisiese después del día de hoy? Tuvo que acordarse de respirar ante la sola idea de que SU Frank ya no sintiese amor por él.
- Yo sí sabría contestar a esa pregunta si me la hicieses tú –dijo interrumpiendo el hilo de sus pensamientos antes de que se volviesen más angustiosos.


Wait honeys, que aún no ha acabado.
Continúa abajo :]

142ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:46 am

greynail


Headfirst for halos
Headfirst for halos

Y había una leve amargura en el timbre de su voz, sólo la suficiente para darle a aquella pieza del rompecabezas un sentido. La conversación tenía un significado completamente diferente del que estaba interpretando, una intención más sencilla. Sólo que le reconociese en voz alta que sabía que le quería, nada más. Asintió al comprender, y carraspeó vacilante dando un paso hacia él:
- Está bien. Tú me… quieres.
- Y tú a mí también –dijo encogiendo los hombros levemente- Lo sé porque no he visto motivos reales para dudarlo nunca. Yo no dudo de ti.
- Lo sé.
- ¿Crees que finjo, acaso? ¿O es que todavía no te lo he demostrado de forma clara?
- No es error tuyo el que yo sea tan inseguro, simplemente soy así. Cuando pienso en que me hayas podido mentir, veo perfectamente que no puede ser, pero cuando aparece un factor externo, como… Jamia –ante la mención de este nombre, Frank frunció el ceño- todo se desbarata. Porque has vivido tantísimas cosas junto a ella, que no me creo que no la eches nunca de menos.
- En efecto, te mentiría si te dijese que jamás he echado la vista atrás sobre mi antigua relación. Y te mentiría también si te dijese que no era para aprender.
- ¿Aprender, dices?
- Claro. De los errores que cometí con ella, de los que ella cometió conmigo… es la relación que tengo como referencia, la que utilizo para saber qué hicimos bien y qué hicimos mal. Pero no la comparo con la que tengo contigo, Gerard, porque sencillamente, es imposible. No concibo a nadie que pueda igualarte en ningún aspecto, no hay nadie que sienta como sientes tú ni que me haga sentir como me haces sentir tú. ¿Que si la echo de menos? Ni siquiera lo hacía en el último año en el que estuvimos juntos, ¿por qué habría de hacerlo ahora que estoy libre de responsabilidades para con ella? No digo que no la quiera ni que no le agradezca nada, sólo digo que… se acabó. Después de once años, se ha acabado. Y no hay más. ¿Qué puedo decirte que no haya dicho ya a estas alturas? No puedes pedirme que te lo repita cada vez que te entren esos miedos, ¿no crees que es un tanto injusto para mí? Sólo pido que memorices lo que te digo y que confíes en que si algún día cambia algo, para bien o para mal, te lo haré saber A TI el primero.

El cantante tragó saliva para suavizar el nudo que volvía a tener en la garganta. Esta vez no era por miedo, sino por todo aquello que había dicho su compañero. Eran esas las palabras que había necesitado hacía tanto, y sintió una repentina necesidad de demostrarle todo lo que sentía haberle hecho pasar por aquello. De nuevo, Frank retomó sus palabras:
- Quiero proponerte algo, escucha –dijo apremiante con los ojos brillantes de cansancio y determinación. De pronto parecía años más maduro- Quiero empezar otra vez. De cero, ya sabes, con unas normas preestablecidas. Tú confiarás siempre en lo que acabo de decirte sin ponerme en duda ninguna vez más, y yo… bueno, yo te ayudaré a que esto –señaló el mueble-bar- sea un simple error sin que pase a mayores. Ni para ti ni para los demás, sólo… solo un error.
- ¿Lo dices en serio?
- Completamente. Es posible que incluso entienda que necesitaras hacerlo para abrirte a ti mismo los ojos. Me limitaré a apoyarte y a olvidar lo que he sentido.
- Pero he sido un idiota absoluto, no es fácil olvidar esa decepción.
- Sí, joder, probablemente seas el mayor idiota con el que me he topado en mi vida. Pero… bueno, por suerte o por desgracia, eres ‘el idiota de mi vida’. No siento decepción ahora mismo, sino miedo. Terror, de hecho. Oh, por favor, Gee –susurró con la voz quebrada, avanzando sin previo aviso para abrazarle tembloroso- Prométeme que nunca lo volverás a hacer.
- C-claro, Frank, te… te lo prometo –contestó con los ojos bañados en lágrimas- Lo siento muchísimo.
- ¿De verdad?
- No te volveré a hacer esto nunca. Joder, te quiero.

__________________________



No se creía que todo se hubiese solucionado de esa manera, que estuviese volando agarrado de la mano de Frank mientras sobrevolaban el océano Atlántico. Era absolutamente increíble que estuviese a su lado después de todo, no se merecía a una persona como él. Lo tenía claro ahora que era consciente de lo que hubiese pasado si Frank no le hubiese perdonado. Incluso se sentía culpable, como si le hubiese hecho trampas a su compañero en un juego y hubiese salido ganando cuando no se lo merecía. Sí, creía que Frank habría estado en su perfecto derecho de mandarle a la mierda de forma definitiva, e incluso se habría sentido mejor si le hubiese gritado mucho más. Pero no había sido así. Todavía no entendía el momento en el que la conversación había dado ese giro a su favor, pero ¿por qué iba a buscarlo ya? De su historia con el guitarrista podría escribirse un libro lleno de capítulos imperfectos, y no pensaba arrancar las páginas del único que había acabado como un cuento de hadas.
Ahora se sentía débil, y ciertamente era algo que los demás habían notado en su cara demacrada por las náuseas. Pero había sido su amigo de nuevo el que había dado la cara por él, haciendo referencia a un simple corte de digestión. Si aún quedaban vestigios de náuseas mentales, como llamaba Gerard a los remordimientos que le aturdían cuando miraba el rostro de su compañero ahora dormido, desaparecían según se iban alejando de aquel lugar testigo del momento. Lo que llevaban de trayecto lo había empleado en hacerse promesas mentales y en jurarse que jamás las rompería otra vez: nunca más probaría una gota de alcohol, ni como solución a nada que se le presentase, ni para festejar ni un mísero cumpleaños. Se prometió también dejar de lado sus problemas y centrarse únicamente en el de Frank para intentar solventarlo cuanto antes; en cuanto llegasen llamarían a la clínica para no alargar más sus molestias pulmonares, y mientras… bueno, haría lo posible por sacarle más sonrisas. ¿Cuánto dura una sonrisa, cinco segundos? Merecería la pena. Tenía sentada a su lado a la persona que todo el mundo busca sin descanso tener en sus vidas, y que él podía presumir de tenerla.
Quedaban dos horas para que llegasen a casa, y con el avión despegaban hacia una nueva perspectiva, libre de pasados y de errores. Desde cero.



FIN DE LA SEGUNDA PARTE DEL FIC.
Gracias por haber leído hasta aquí.
Nos vemos en la Tercera !

143ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 6:55 am

Madame_Delirio

Madame_Delirio
Admin
Admin

muy buena historia...es la unica que sigo xD

https://0gerardway0.foroes.org

144ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 7:01 pm

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

Aw mira, tu fic es the best Landita mía (?)
Hasta lo lee la administradora I love you
Tengo que seguir leyendo ya, ahora que estoy de vacaciones.
I promise dee*

145ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 8:43 pm

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

Estoy leyendo *_*
He vuelto a leer el 19, para tener más reciente todo ^^
Creo que sé que medida será...
Espero que no sea esa (?)
Bueno, voy a seguir leyendo para averiguarlo XD

146ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Mar Dic 23, 2008 9:47 pm

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

Lo sabía!! sabía que era eso lo que le iba a decir
oh, es horrible T___T
yo lo sé bien
dee*
T_T
(?) sigo mejor XD

147ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Amo TU Fic *O* Jue Dic 25, 2008 3:03 am

__Diinosauriia__

__Diinosauriia__
Romance
Romance

awww pork no lo siguesz x________________x*
me falta tu fick hace un ween k lo dejaste asii u___u
lloraro iii todo mal
amo tu fic encerio siiguelo esta hermozo *-*
ii k la fuerza de buzzlightyear te acompañe ii asi xD*
xoxo
b

148ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 25, 2008 4:52 am

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

Dile a tu amiga (la del poema) que es una JODIDA ARTISTA.

149ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 25, 2008 4:59 am

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

JAJAJAJAJAJA
El ataque del calamardo JAJAJJAJAJAJJAJA
Me meo tía XDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDDD

150ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] - Página 6 Empty Re: ºo0 Memorias de una Gira 0oº [G&F] Jue Dic 25, 2008 5:18 am

x_Tefy_x

x_Tefy_x
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish
It's not a fashion statement, it's a fucking deathwish

Hugo me da mala espina, dee*

Contenido patrocinado



Volver arriba  Mensaje [Página 6 de 13.]

Ir a la página : Precedente  1, 2, 3 ... 5, 6, 7 ... 11, 12, 13  Siguiente

Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.